Ayudar a otros a aprender es la meta de las comunidades de aprendizaje, presentes en Guanajuato desde 2012.
Se trata de un modelo que modifica la cultura escolar, en cuanto a cómo el maestro se relaciona con el alumno y cómo éste se relaciona con el aprendizaje.
Aunque estas comunidades no son nuevas, en el estado están cambiando a los estudiantes. El principio fundamental es que lo que comparten sus integrantes son estrategias para aprender, no sólo conocimiento aunque éste está implícito.
El programa es llevado a cabo por la Dirección de Educación Básica de la Secretaría de Educación de Guanajuato (SEG), y fue sobre todo en el ciclo escolar 2013-2014 que se fortaleció.
El modelo implica que un estudiante elija un tema que le interesa aprender para recibir tutoría personalizada de un maestro, un compañero, supervisor o alguien que ya tuvo la experiencia de haber aprendido ese tema también.
Una vez que lo aprendió por su cuenta lo demuestra a la comunidad, que puede ser el aula o la localidad con los padres de familia, lo que prueba que el estudiante aprendió correctamente y puede compartirlo con otros.
“Un principio pedagógico de estas comunidades es que uno comparta lo aprendido, es la forma de verificar que uno cumple el ciclo, es una cadena, un tipo de examen final”, expuso la directora de Educación Básica de la Secretaría de Educación, Lilia Dalila López Salmorán.
“No se trata de que yo me ponga en el papel de sabio y te diga cómo hacer las cosas, sino a través del diálogo te ayude a descubrir que la respuesta a eso que no comprendías la tienes tú, no yo”, agregó.
Fracciones, el teorema de Pitágoras o lecturas de Ciencias son algunos de los tópicos que pueden formar parte de la asesoría y detonan la comprensión de otros temas.
Formalmente, aseguró la directora, cerca de 600 escuelas hicieron el pacto de participar en el proyecto, sin embargo han ido descubriendo otros planteles que se han incorporado a esta forma de trabajar aunque no hayan hecho ese pacto.
Pénjamo, Acámbaro, Guanajuato, León, Dolores Hidalgo, San Miguel de Allende, Tierra Blanca, San Luis de la Paz, son los municipios que tienen una participación destacada. Además lo aplican en Durango, Zacatecas y Chiapas.
“En diciembre nos dimos cuenta de que toda una zona escolar en el municipio de Dolores y de san Miguel de Allende estaba participando, los CAM (Centro de Atención Múltiple) también están participando y están generando comunidades de aprendizaje de educación especial”, dijo la funcionaria.
Para este 2015 esperan sumar 160 escuelas, gracias a un financiamiento otorgado a través de un concurso.
Según platicó López Salmorán “se invirtieron aproximadamente 10 millones de pesos durante 2014, a través del programa de fortalecimiento a escuelas multigrado, el proyecto ‘Quédate, aprende y continúa’, el presupuesto regular, las acciones de capacitación, y a través del financiamiento del programa federal para el apoyo a la inclusión y equidad educativa”.
Y aseguró que la estrategia convierte a los estudiantes en seres autónomos.
“Si tú le preguntas a un niño en qué consiste el método y sabe decirlo, si le preguntas a otro que no dice ‘pues porque el maestro dijo’, los alumnos, padres de familia, maestros, supervisores, manejan el mismo discurso”.
‘Maestra’ de 13 años
Son poco más de 15 minutos los que toma llegar de la Plaza Principal del municipio de Pénjamo, a la comunidad de Guangüitiro.
Ahí una pequeña escuela color naranja es ejemplo en la educación guanajuatense.
En el patio de la escuela o en el salón los alumnos reciben la asesoría de un compañero, o bien del maestro.
Yulissa Hernández Rivera es estudiante de primero de secundaria en la Telesecundaria número 589 de Guangüitiro.
La niña de 13 años entra al salón de clases con libreta en mano, dispuesta a dar una asesoría en geometría.
Junto con su hermana mayor cada día camina 30 minutos desde la comunidad El Volantín para llegar a su escuela. Su meta es ser parte del Ejército.
La estudiante toma su asiento y comienza a dictar a su compañero asesorado un problema que le pide construir un hexágono de dos centímetros de lado y 1.7 de apotema.
“Traza arcos de los vértices del hexágono de tal forma que construyes una flor en el interior del hexágono. ¿Cuál es el perímetro de los pétalos de la flor, y cuál el área?”, dice el problema completo.
“¿Cómo empezarías tú?”, preguntó Yulissa.
Apoyada con una escuadra, un compás, un transportador y su lápiz, Yulissa espera a que su compañero busque la manera de resolver el problema, siempre dentro de una relación basada en la confianza.
Cuando el niño se “atora” Yulissa motiva pero no da la respuesta.
“Haz lo que tú crees es la forma de resolver”, indica de manera cordial.
Como parte del modelo, el asesorado debe realizar su registro de proceso de aprendizaje, las dificultades, el guion de tutoría y la demostración pública.
En los salones de clase se asignan horarios para llevar a cabo las asesorías y entonces el silencio impera, los alumnos de estas comunidades no piensan en perder su tiempo durante horas de clase.
Sorprende a extranjeros
En 2014, detalló la directora de Educación Básica, “recibimos las siguientes visitas: estuvo con nosotros un estudiante de Inglaterra cinco meses, aprendiendo cómo funcionaban, también estuvieron algunos beneficiaros del programa Princeton.
“En el doctorado deben elegir de todo el mundo las estrategias que logran cambiar la práctica educativa, se informaron de las llevadas a cabo en Guanajuato y fue así como se contactó la visita”, dijo.
En una rueda de prensa llevada a cabo a mediados de enero en Guanajuato capital, Michael Figueroa, investigador de la Universidad de Harvard, dijo que no se vio a estudiantes pasivos, ni estudiantes que aprovechan cualquier momento para hacer otra cosa que no sea estudiar.
Aprendizaje genuino, por interés, el estudiante está a gusto por lo que está aprendiendo, con capacidades de colaboración y no hay competencia.