El príncipe Guillermo le dijo a un niño que podría hacer realidad su sueño de cantar ópera en un palacio al reunirse el lunes con jóvenes desfavorecidos en la primera visita oficial a China de un alto miembro de la realeza británica en una generación.
Además de recorrer la Ciudad Prohibida en Beijing donde solían residir los emperadores, Guillermo se reunió el lunes con el presidente chino Xi Jinping en el Gran Salón del Pueblo, el asiento de la legislatura del país.
Guillermo llegó a Beijing el domingo por la noche después de una visita de cuatro días a Japón. Más tarde el lunes partiría a Shanghai y el miércoles concluirá su visita a China en el suroeste cerca de la frontera con Myanmar. Se esperaba que el interés en su visita entre los chinos fuera hasta cierto punto limitado, ya que no lo acompaña su esposa Catalina, la cual espera su segundo bebé el mes próximo.
Horas antes el lunes, Guillermo recorrió una residencia tradicional en Beijing construida en la década de 1890, la cual fue restaurada y convertida en museo con ayuda de organismos de caridad relacionados con su padre, el príncipe Carlos: la Fundación de China del Príncipe de Gales y la Fundación del Príncipe para Construir Comunidades.

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