Desde hace 30 años, Juana María Márquez, mejor conocida como Juanita, en compañía de su esposo, Roberto Gómez González, han visitado varias comunidades de Lagos de Moreno para entregar a niños y adultos mayores regalos por el Día de Reyes.
El año pasado, el Ayuntamiento de Lagos, reconoció a la señora Juana María Márquez Hernández por la labor que hace con los niños más vulnerables de la zona rural.
La idea surgió hace más de 3 décadas, cuando en el templo del Calvario, unas señoras que se reunieron para dar juguetes a los niños por las fiestas navideñas, no quisieron dar regalos a los más pobres que se acercaron.
“Me dije yo, cómo es posible y empecé a organizarles una comida sencilla y darles unos juguetes que junté”, platicó Juanita Márquez.
Varias son las personas que ayudan a Juanita en su labor altruista, por lo que llega a juntar hasta 400 regalos para llevarlos a los niños de diferentes comunidades del Municipio.
“Hay muchas personas que me traen los regalos aquí a la tienda y ya luego vamos mi esposo y yo a las comunidades a repartir los juguetes y a hacerles una comida”, narró.
Las comunidades a donde llevan cada año los regalos son: Primero de Mayo, La Merced, El Terrero, San Isidro, El Conejo, Comanja, Alto de Moya, San Jorge, La Escondida, San Antonio y El Conejo, entre otras.
“Ya tengo 46 años en esta tienda y la gente viene a darme los regalos para ayudarme”, añadió, pues asegura que su tienda se ha vuelto un punto clave para esta labor altruista.
El proceso para la entrega de regalos es que, desde diciembre o noviembre, Juanita va a las comunidades con su esposo y recoge las cartas de los niños, y a veces de los adultos mayores más necesitados. Luego empieza a repartirlas a personas que colaboran con su causa. Algunas veces las personas de las comunidades, cuando visitan Lagos, llegan a la tienda y le dejan ahí la carta.
Y así, cada persona o familia ayuda a Juanita a cumplirle el sueño de Día de Reyes a cientos de niños. “Pedir para ayudar a otra gente no me da vergüenza y vaya que les terqueo”, comentó Juanita entre risas.
Además de repartir los regalos, Juanita y su esposo hacen una pequeña comida en las comunidades, donde les llevan a las personas birria, carnitas, refrescos, mole, tamales, buñuelos y pozole, y cuando recibe más ayuda, hasta piñatas.
“Antes en Sanfandila me daban 2 puercos, pero una vez el señor me preguntó si no tenía más quién me diera”, comentó.
La labor altruista es dura, pues muchas veces la gente ya no puede seguir apoyando y es entonces cuando se vuelve complicado el dar a los demás, pero siempre la gratificación es buena: una muestra de cariño y una sonrisa de los niños.
“Una vez un niño se me colgó de la pierna y me daba las gracias, entonces yo le dije que yo no le había comprado el regalo, pero me dijo que yo lo pedí y que por mí lo tiene”, recordó Juanita.
A veces es tanta la ayuda que recibe esta causa y que las personas llevan a Juanita a su tienda los regalos, que todo el año tiene para repartirle a las personas, pero prefiere darles los presentes para rifas o tómbolas.
“A veces me sobran regalos, pero todos tienen dueño”, dijo Juanita señalando los regalos, los cuales tienen las cartas de las personas a las que pertenecen.
Más de cien personas son la que colaboran con esta causa, y algunas veces también acompañan a Juanita y a su esposo a las fiestas y a la repartición de juguetes.
“Casi siempre me llevan mi esposo y mis hijos, y hemos llevado hasta dos camionetas llenas de juguetes”, añadió.
Para recibir las cartas, Juanita les pide a las personas de las comunidades que reúna a los niños más vulnerables para que escriban su carta y darla a una persona que quiera colaborar con la causa.
“La primera vez que hice esto me dieron 400 cartitas”, dijo Juanita, “Tengo una fe tan grande en Dios que le dije, ‘si tú ya me metiste en esto me vas a ayudar’ y sí salimos”.
Para este año, Juanita todavía no ha repartido todos los regalos, pues fueron varios los regalos que recibió para dar los juguetes a los niños.
“Ya voy a repartirlos este 8 de marzo más o menos”, explicó Juanita, pues ahora se retrasó en la entrega porque ella y su esposo estuvieron delicados de salud.
Esta labor que hace Juanita, le apasiona tanto que no le importa cerrar su tienda con tal de atender las necesidades de su altruismo, pues en sí, sólo abre su negocio para que las personas lleguen y le dejen los regalos para los niños.
“Es una cosa que me llena mucho, porque de niña sufrí mucho y creo que de ahí me nació esto”, explicó.
“Les aviso a las comunidades cuándo voy a ir. Primero les hago la comida y luego los regalos, porque en un mismo día repartimos todos los juguetes”, añadió.
Juanita y Roberto han enseñado a sus hijos la labor de ayudar a los demás y aunque es una causa muy noble, no desean dedicarse de lleno a eso, pues saben que a veces es muy complicado, sobre todo en la época actual, donde la economía y la falta de recursos se han vuelto un impedimento para que más personas hagan donaciones, por lo que el trabajo de la señora Juanita es grata de reconocer, porque a pesar de las adversidades sigue con esta noble causa.

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