Vive para servir

Marisela, es una mujer que, a sus 35 años, tomó el control sobre su vida y sobre sus aspiraciones, dejó de pensar en lo que los demás querían que fuera y se está dedicando a ser lo que ella siempre soñó que sería… una policía.
Originaria de la ciudad de León, Mary como la llaman sus amigos y familiares, desde niña idealizó que sería policía, admiraba a quienes trabajaban como oficiales de seguridad, la imagen que tuvo de un policía fue el de un héroe. No tardó mucho tiempo en darse cuenta que no todos cumplían con su trabajo, y que al igual que en muchas otras profesiones había buenos elementos y otros no tan buenos.
El sueño de Mary de convertirse en policía se vio frustrado, cambió sus ideales por integrar una familia, y aunque eso no era un impedimento para que siguiera adelante con su carrera y con la labor que le gustaba desempeñar, su pareja no pensaba lo mismo. Después de casi 18 años de matrimonio, la pareja de Mary falleció, dejándola viuda y a cargo de la familia.
Ahora la cadete ‘Marisela’ ha cumplido ya con 4 meses dentro de la academia: “Yo me siento capaz, creo que tengo la fuerza, las ganas para lograr ser lo que yo siempre quise ser. Cuando supe de la Academia de Policía no quise dejar pasar la oportunidad de realizar ese sueño que por 18 años estuvo frustrado”.
De esta experiencia le gusta todo y está lista para seguir adelante y para cumplir con su sueño, sus padres se han convertido en su apoyo, sus deseos continúan hasta terminar su carrera en administración de empresas, y luego apoyar también los sueños de sus hijos.
“Aún me falta mucho, ya hemos colaborado y apoyado a la corporación en algunas actividades, esa emoción es mucho mejor que las prácticas, sé que todo ha valido la pena hasta ahora”.
Esta cadete de la academia de Seguridad Ciudadana en San Francisco del Rincón, está orgullosa de lograr sus metas. “Todo sacrificio vale la pena si no olvidas el objetivo que tienes, y lo que te ha costado todo”.