Una crisis política desatada por los irregulares negocios del hijo y la nuera de la presidenta Michelle Bachelet empañaron el lunes los logros de su primer año de gobierno, que vive sus peores índices de popularidad.
“Los hechos lamentables que todos hemos conocido ha generado una pérdida de confianza en la ciudadanía”, por lo que se requiere “no solo de voluntad política sino también de acciones precisas que restablezcan la credibilidad en nuestras instituciones”, dijo el lunes Bachelet al inaugurar un jardín infantil rural.
El repudio generalizado de las irregularidades financieras y políticas, llevaron al gobierno a crear en la víspera un grupo que tendrá 45 días para proponer medidas que eviten los conflictos de interés entre el dinero y la política.
Pero el daño está hecho y eclipsó la aprobación de un par de reformas estructurales de su programa electoral, como la tributaria y parte de la educacional, además del cambio de sistema electoral que democratiza los comicios legislativos, que repuntaron la popularidad de Bachelet en enero, pero que cayó fuertemente en febrero, tras conocerse los negocios de su hijo Sebastián Dávalos y de su nuera, Natalia Compagnon.
El matrimonio se reunió con uno de los hombres más ricos de Chile, dueño de un banco, al que pidieron un préstamo de 10 millones de dólares días antes de las elecciones presidenciales: lo recibieron un día después del triunfo de Bachelet.
Los Dávalos-Compagnon compraron terrenos agrícolas que vendieron en 15 millones de dólares para la construcción de edificios. A solicitud de la oposición están siendo investigados por tráfico de influencias y uso de información privilegiada. La oposición presentó una nueva denuncia el lunes por violación de secreto y negociación incompatible.
El escándalo estalló el 6 de febrero y Dávalos debió renunciar a su cargo en el gobierno, mientras Bachelet guardó silencio dos semanas y su popularidad cayó en picada, de 52 a 34 puntos, según la encuestadora semana Cadem, cuyos resultados negativos coinciden con el estudio de opinión de la empresa Adimark.
El escándalo de los préstamos y compras de la familia de Bachelet siguió al denominado caso Penta, un importante grupo económico cuyos máximos dueños están presos desde el sábado, acusados de evasión tributaria, sobornos y financiamiento irregular de campañas electorales derechistas.
Cuando la oposición derechista estaba prácticamente en el suelo, surgió el caso de Dávalos, que empató las irregularidades con el oficialismo.
A diferencia de su primer gobierno, 2006-2010, en esta ocasión el primer aniversario no tendrá actos celebratorios. Bachelet envió a sus 23 ministros a la calle a explicar los frutos de esta gestión y los proyectos pendientes.

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