El jefe de policía de Ferguson presentó su renuncia tras la presentación de un duro informe del Departamento de Justicia elaborado a raíz de la muerte de un joven negro de 18 años a manos de un policía blanco.
La ciudad informó en un comunicado que llegó a un acuerdo de separación mutua con Thomas Jackson, quien recibirá una indemnización por despido y seguro médico por un año. El teniente coronel ocupará la vacante en forma interina desde el 19 de marzo mientras la ciudad busca a un reemplazo.
Jackson se había resistido a renunciar, solicitud que hicieron manifestantes y algunos de los líderes electos más importantes del estado, por su manejo del tiroteo de agosto pasado en el que murió Michael Brown y las violentas protestas que siguieron a los hechos.
Varios mensajes de texto y llamadas telefónicas al alcalde James Knowles III, así como a Jackson, no fueron respondidos. Jackson le dijo al diario Saint Louis Post-Dispatch que sintió que era momento para que la ciudad dejara el asunto atrás.
“Creo que es lo apropiado en este momento”, comentó Jackson. “Esta ciudad necesita avanzar sin distracciones”.
Jackson se convierte en el sexto empleado de la ciudad en renunciar o ser despedido desde que la semana pasada el Departamento de Justicia emitió un reporte que exculpaba al oficial Darren Wilson de cargos por derechos civiles en el tiroteo, pero encontró un sistema judicial enfocado en generar ingresos y un arraigado sesgo racial al interior del departamento de policía de la ciudad.
La renuncia del jefe de policía fue bien vista por los legisladores estatales que representan a Ferguson.
“Hay muchas personas que aprobarían eso”, dijo la representante demócrata estatal, Sharon Pace, quien representa el vecindario donde Michael Brown murió a tiros.
Jackson supervisó la policía de Ferguson durante casi cinco años antes del tiroteo que generó meses de descontento a lo largo de la región de Saint Louis y atrajo la atención mundial a una ciudad de 21.000 habitantes, predominantemente negros.