La popularidad de la presidenta brasileña Dilma Rousseff cayó en picada tras las manifestaciones masivas que la acusaron de corrupción y reclamaron su destitución, de acuerdo con una encuesta difundida el miércoles.
La encuesta del Instituto Datafolha muestra que la popularidad de Rousseff cayó incluso entre los más pobres, donde gozaba del mayor apoyo.
El 62% de los encuestados dijeron que el gobierno de Rousseff era “malo” o “pésimo”, comparado con 44% hace un mes. El 13% lo consideró “bueno” o “muy bueno”.
Datafolha entrevistó a 2.842 personas el 16 y 17 de marco y el margen de error de la encuesta fue de dos puntos porcentuales.
Fue la peor tasa de popularidad para un mandatario brasileño desde 1992, cuando el entonces presidente Fernando Collor de Mello fue destituido por corrupción.

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