Para llegar a las posiciones de retaguardia del gobierno en el pueblo costero de Shyrokyne, los soldados ucranianos maniobran sus vehículos todoterreno entre jardines privados que preceden a un precipicio al Mar de Azov.
La tregua anunciada a mediados de febrero nunca llegó ahí, así que transitar por los caminos principales es muy peligroso.
El gobierno y los separatistas pro rusos se enfrentan a diario en combates de artillería a lo largo de una línea imaginaria que atraviesa el pueblo. Las escaramuzas son intensas, pero contenidas, por ahora. Pese a ello, el prolongado descontento genera profundas ansiedades de que un conflicto que ya ha cobrado la vida de más de 6.000 personas en el este de Ucrania pueda reavivarse a lo largo de los más de 450 kilómetros (280 millas) del frente de batalla.
La plaza de Shyrokyne como tal, no representa una gran posición. Es la ciudad portuaria de Mariupol, a 10 kilómetros (seis millas) al oeste, la que quieren defender las fuerzas ucranianas a toda costa de los rebeldes.
Habitantes y tropas del gobierno por igual creen que la meta principal de los separatistas es reclamar Mariupol, y crear un enlace terrestre entre Rusia y Crimea, territorio que se anexó Rusia en marzo pasado. Crimea no tiene un vínculo físico con Rusia y un proyecto de construcción de un puente está a mucho tiempo de completarse.
Fuerzas gubernamentales en Shyrokyne solo están en calma detrás de tres líneas de defensa que los separan del fragor del combate en el centro. En un cuartel improvisado, en terrenos de un restaurante cerca de la orilla, dos tanques permanecían estacionados el domingo bajo las primeras luces del amanecer.
A varios metros de distancia, cargas de mortero caen en el mar, elevando enormes columnas de agua.
“Disparan proyectiles antitanque al faro. Otra carga vino en esta dirección”, señaló un combatiente barbudo y robusto en el Batallón Azov, del gobierno y quien solo se identificó como Al.
Cuando llegaron reportes de que se había visto a dos tanques enemigos, los pensamientos de Al se transportaron al próximo combate. “Está por comenzar”, dijo.
Para acercarse al área de los más férreos combates, los soldados abandonan sus tanques y corren a pie hacia una escuela, trepando a través de un hoyo en una barda. El asfalto del camino está hecho trizas por los explosivos, por lo que solo los vehículos todoterreno pueden acceder al lugar.
La responsabilidad de defender Shyrokyne es compartida por los batallones Azov y Donbass, que toman turnos semanales para servir en el pueblo. Aunque a veces la coordinación es muy mala.

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