Las causas de la catástrofe aérea ocurrida en los Alpes siguen siendo una incógnita total incluso después de que los investigadores escucharan ayer las conversaciones y sonidos registrados en una de las dos cajas negras.
Empero ayer uno de los oficiales militares a cargo de la investigación del accidente aéreo del Airbus 320 de Germainwings, con 150 personas a bordo, explicó que, por causas que se desconocen, uno de los pilotos del avión quedó atrapado fuera de la cabina, reveló The New York Times.
El investigador, que prefirió permanecer en el anonimato, explicó al diario que la primera parte del vuelo de Barcelona a Dusseldorf solo se escucha una conversación muy suave y tranquila entre los pilotos. Después, uno de ellos abandonó la cabina y quedó atrapado fuera.
“Se puede oír como el piloto que queda fuera llama suavemente a la puerta y no hay respuesta. Entonces comienza a llamar más fuerte pero no obtiene respuesta en ningún momento.
“Después se puede oír claramente como trata de echar la puerta abajo. No sabemos por qué el piloto abandonó la cabina, pero lo que es seguro es que, al final de la grabación, el otro piloto estaba solo y no abrió la puerta”.
Hasta el momento el Gobierno francés había señalado que los servicios de rescate habían logrado recuperar las grabaciones de la caja negra, pero no había revelado su contenido.
Anoche, ninguna fuente oficial se había pronunciado sobre la información del diario.
La aeronave de Germainwings, que se estrelló a unos 800 kilómetros por hora, comenzó a descender “sin la menor explicación” unos mil metros por minuto.
En conferencia de prensa Rémi Jouty, responsable del BEA (oficina de investigación de accidentes aéreos), el organismo encargado de la investigación, señaló que no tiene “la menor explicación” sobre qué pudo ocurrir. La única hipótesis descartada es una explosión en vuelo, como ha insistido el Gobierno.
Explicó que la nave había seguido en todo momento “la ruta prevista” tras despegar de Barcelona en torno a las 10 de la mañana y a las 10.30, y en conversación con el centro de control de Aix-en-Provence, el aparato volaba a unos 10 mil 500 metros de altitud y los pilotos transmitieron “un mensaje de rutina” sobre el recorrido que iban a realizar.
Un minuto después, el avión comenzó a descender “sin la menor explicación” unos mil metros por minuto y no dejó de hacerlo hasta que impactó contra el suelo en el macizo de Trois Evêches.
La trayectoria “no es compatible con un avión controlado por los pilotos”. Tampoco “con un avión controlado por el piloto automático”, señaló el jefe de los investigadores.
Es decir, que, si era manejado conscientemente por los pilotos en su descenso, algo no aclarado, solo hubiera seguido esa trayectoria en caso de un accidente provocado.
La carcasa de la segunda caja negra, denominada Flight Data Recorder, fue encontrada ayer pero no su contenido.

Destacan dedicación de mexicana

La regia Dora Isela Salas Vázquez, una de las dos víctimas mexicanas del avionazo del martes en los Alpes franceses, era una persona muy responsable y solidaria.
Así lo destacaron su hermana Maribel y su jefe en la empresa catalana Itram Higiene.
“Era una profesional excelente y una persona aún mejor”, señaló Martirian Latorre, director de esa empresa.
“Era muy dedicada a su trabajo (…) Consideraba la posibilidad de regresar, pero mantenía un muy buen trabajo allá”, comentó, Maribel.
Huérfana de madre desde los 8 años, Dora Isela se hizo cargo de sus cinco hermanos.
Cancillería señaló que no había un itinerario definido para trasladar a los familiares de Salas Vázquez y Daniela Ayón al sitio del siniestro.

Recuperan primeros restos

Los equipos de rescate que trabajan en la zona de los Alpes donde se estrelló el vuelo WI9525 han logrado recuperar los primeros restos de cadáveres de las víctimas, confirmó la Gendarmería francesa, que coordina parte del operativo de búsqueda.
Más de 600 personas, entre gendarmes, bomberos, miembros del Ejército y personal técnico, se encuentran en la remota y abrupta zona de los Alpes.
Cinco helicópteros reanudaron los sobrevuelos en la zona mientras una columna de gendarmes retomó  la ruta a pie hacia el lugar, a casi 3.000 metros.

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