Los desastres naturales sacuden a Chile en el desértico norte, donde las lluvias han dejado 17 muertos, y en el sur, donde la sequía afecta a agricultores y pequeños ganaderos.
Además en Pucón, 785 kilómetros al sur de Santiago, se estima que el volcán Villarrica está próximo a entrar en erupción.
El ministro vocero de gobierno Álvaro Elizalde dijo el lunes que el Estado destinará 9,6 millones de dólares para retirar el lodo que se está endureciendo en 13 comunas del norte, que han sufrido las peores lluvias en más de 80 años y que provocaron que ríos de agua y escombros atravesaran varias ciudades.
“Hemos recibido ayuda de parte de amigos de mi hermano, que ayudaron a sacar el barro de la casa”, dijo a The Associated Press Lissete Hola, de 20 años, que vivía en el centro de Copiapó, 800 kilómetros al norte de Santiago, y cuya casa quedó inhabilitada por el barro.
Hola está entre las familias afortunadas que cuentan con agua. “Entre los que estamos un poquito mejor estamos llevando agua para la gente que está en Paipote, Tierra Amarilla”, distantes a pocos kilómetros de Copiapó y adonde la ayuda aún no ha llegado o es insuficiente, agregó.
Elizalde dijo que el gobierno envió a la zona norte 700.000 toneladas de ayuda que incluyen agua embotellada, alimentos y medicinas.
Pero el descontento se extiende por ciudades y poblados de las tres regiones afectadas por los aluviones que son Antofagasta, Atacama y Coquimbo.0
Solange Bordones, líder de la etnia diaguita que ayuda a los más afectados, dijo a AP que “la gente está sobrepasada, los ánimos están caldeados porque la ayuda es insuficiente. Las fuerzas militares están apoyando, pero la gente se siente (dejada) de lado”.
Entre el martes y miércoles de la semana pasada cayeron en la zona unos 24 milímetros de lluvias, cuando lo normal es 1,7 milímetro al año.
En las ciudades y pueblos cercanos está llegando la ayuda, pero en decenas de localidades interiores ha llegado poco o nada porque los caminos están cortados.
Sólo en Chañaral el despeje del barro tomará varios meses, dijeron las autoridades. Las altas temperaturas del árido norte chileno están convirtiendo el barro en duras capas imposibles de remover sin maquinaria pesada.
En Antofagasta y Atacama se decretó una alerta sanitaria preventiva porque el lodo seco empezó a afectar el sistema respiratorio de las personas, especialmente de niños y ancianos. También se vacunará contra el tétano a quienes trabajan removiendo escombros.
Las autoridades recomiendan hervir el agua y echarle cloro, pero damnificados entrevistados por el canal 24 horas se quejan de que no tienen agua, verduras y menos cloro.
En algunas ciudades retornará parcialmente la luz, pero en muchas es imposible reconectar la energía porque hay postes y cables en el suelo.
En el sur, entretanto, agricultores y pequeños ganaderos se quejan de la sequía que obligó a muchos a usar el forraje de invierno en los animales y estiman que en dos meses no tendrán alimento para darles.
José Alcázar, gerente de la Sociedad Agrícola de Osorno, 930 kilómetros al sur de Santiago, dijo al periódico El Mercurio que la escasez de pasto ya se refleja en la caída de producción de leche en un 30%.
La Federación que agrupa a los lecheros precisó que la producción nacional cayó un 10% el último trimestre, lo que implica 44 millones de litros menos a causa de la sequía.
La sequía afecta también a los agricultores que han perdido cosechas parcial o totalmente.
Simultáneamente en Pucón el volcán Villarrica ha intensificado su actividad. El Servicio Nacional de Minería y Geología dijo que cerca de la superficie del cráter se acumuló magma cuya temperatura bordea los 1.000 grados Celsius.
El macizo hizo erupción el 3 de marzo y aunque no hubo heridos ni víctimas sí se vieron afectados cursos de agua y algunos puentes rurales. También cayeron cenizas sobre pasturas que alimentan a los animales de ganaderos pobres.

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