Volar… el ser humano siempre ha soñado con poder hacerlo, con esa sensación de libertad que dibuja una sonrisa hasta en la persona más malhumorada; pero sin alas, brincar es lo que más se asemeja.
Sin un peso en la bolsa y un gran proyecto en mente que tiene sus bases en un lugar igual en Estados Unidos, así inició Jumper Fly, el primer parque de trampolines establecido en León, una fábrica de emociones sin límite de edad.
“Mis hijos me motivaron a iniciar, ellos vieron un lugar así y jugando, empezamos a investigar, a armar el proyecto. Nos costó mucho encontrar el lugar, casi me había dado por vencido pero encontramos la bodega que queríamos y firmé el contrato sin tener dinero para pagar”, recordó entre risas Alejandro Márquez, dueño del lugar.
Ofrecer a toda la familia un espacio para realizar actividades recreativas, esa es la prioridad de Márquez y el equipo de trabajo que lo respalda, sin embargo, no deja de lado el aspecto deportivo que en solo seis meses desde que Jumper Fly fue inaugurado, ha tomado fuerza.
“Brincar en un trampolín trae grandes beneficios, desarrolla la parte del tiempo-movimiento-espacio, brinda equilibrio, permite coordinar y te da fuerza; además, implica quitarte un montón de miedos de la cabeza”, agregó.
Le dijeron que estaba loco, pero demostrarle a sus hijos que lo que quisieran se puede conseguir, animó más al dueño de este sitio que los comentarios desalentadores. Volar era su sueño, y se impulsó con un trampolín.
“Este es un lugar lleno de emociones, por momentos ves miedo, otros alegría, luego satisfacción, libertad. El orgullo de los papás que ven a sus hijos felices, esa es la parte más valiosa de todo esto. Es cuando dices que valió la pena”.

VUELOS ESMERALDAS

Luis Montes, Carlos Peña, Edwin Hernández, Martín Bravo y hasta el extimonel verdiblanco Gustavo Matosas, ya visitaron Jumper Fly y solos, o acompañados de su familias, disfrutaron de un buen rato de diversión.
“¿De dónde sacaste esto?, ¡está maravilloso!”, esa fue la reacción de Matosas cuando fue invitado a la inauguración del lugar el pasado mes de octubre; siempre serio, ante tantos trampolines, el técnico perdió pronto la compostura.
“No aguantó mucho, cuando vio que todos estaban distraídos, aventó los zapatos y se puso a brincar. Tenemos un par de fotos de él en los trampolines y sí quería traer al equipo a entrenar aquí, le gustó mucho”, señaló Márquez.
Así mismo, recordó lo mal que la pasó la “Rata” en su primera visita: “Martín vino solo, el ‘Chapo’, ‘Gullit’ y ‘Aris’ vinieron con sus familias, pero él no. Se cayó muchísimas veces, brincaba y caía mal pero se veía feliz”.
Un apoyo al desarrollo físico motor, esa característica también la utiliza el parque de trampolines que al igual que futbolistas profesionales, ha recibido también clavadistas, gimnastas y hasta porristas.

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