La equinoterapia es un tratamiento prácticamente nuevo en México, donde el principal instrumento es el caballo, animal que coadyuva a sanar diferentes discapacidades motrices y cuestiones psicológicas.
Rosalinda Cabrera, psicóloga piedadense, realizó varios cursos de equinoterapia y psicoterapia en una modalidad donde se utilizan a los caballos como metáforas de lo que padece el paciente.
“Siempre me han gustado los caballos y cuando iba a estudiar, quería que fuera algo relacionado con éstos animales. Mi primera opción fue veterinaria pero no tengo la valentía, después pensé en psicología y especializarme en terapia con caballos y fue una manera de combinar mi profesión con mi pasión” dijo.

En sus terrenos
Ella trabaja en un centro de rehabilitación en Guadalajara y los fines de semana atienden algunos pacientes en La Piedad en una propiedad familiar, ya que aquí no hay un lugar donde se aplique.
“Ha sido mágica la experiencia de trabajar con pacientes porque llegan de una manera y se van muy mejorados, ya sean niños o adultos; en cuestiones de autoestima el caballo te ayuda a reflejar lo que sientes” afirmó la psicóloga.
Rosalinda explicó que según el padecimiento, el terapeuta elabora un plan terapéutico con los ejercicios adecuados.
La equinoterapia se puede aplicar en padecimientos como parálisis cerebral, lordosis, síndrome de Down, diferentes trastornos psicológicos y a niños con autismo.
Las contraindicaciones son para las personas que tienen luxaciones de cadera, espalda bífida, epilepsia no controlada, hidrocefalia y válvulas en algunas partes del cuerpo.

Seleccionan al ‘doctor’
Es importante saber que no todos los caballos son aptos para la equinoterapia, hay que saber elegir al animal adecuado según peso, talla y padecimiento.
Las terapias son de casi 45 minutos y hay pacientes que requieren una terapia a la semana, otros requieren dos, dependiendo de su padecimiento.
“En la primera sesión se debe explicar al paciente sobre el caballo, que hay partes del cuerpo del animal que no se deben tocar para evitar que suceda algún accidente provocado por el caballo como alguna patada” finalizó Rosalinda Cabrera.

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