Serena Williams azotó su raqueta y se regañó a sí misma. Al final de cuentas, como suele pasar, la pelota acabó pagando los platos rotos.
Pese a un nivel flojo, Williams festejó el miércoles la victoria número 700 de su carrera al vencer 7-6 (4), 1-6, 6-3 a Sabine Lisicki para acceder a las semifinales del Abierto de Miami.
Williams salió triunfante en un partido en el que su saque no le funcionó, fue vapuleada en el segundo set y cometió 51 errores no forzados. Lució fuera de ritmo a ratos, y particular se irritó cuando le tocó jugar en el lado de cancha con mirada hacia el solo.
“Ese siempre es el lado más difícil. No se puede ver nada, tienes que ajustarte”, dijo Williams.
Su victoria fue la 16ta en fila en Key Biscayne, donde es la bicampeona vigente y busca un octavo título.
“Soy consciente que no fue mi mejor día”, añadió Williams. “Me decía a mí misma que no estaba sacando como suelo normalmente suelo, tampoco golpeando bien la pelota. Fue pura perseverancia, tratar de dar el 200 por ciento en vez del 100 por ciento”.
También el miércoles, el dos veces campeón Andy Murray avanzó a las semifinales del cuadro masculino tras vencer 3-6, 6-4, 6-1 al austríaco Dominic Thiem. Su rival de turno saldrá del ganador del choque entre el argentino Juan Mónaco y el checo Tomas Berdych (8vo preclasificado), que se medían más tarde.
Williams debió retirarse previo a su duelo de semifinales en Indian Wells contra la rumana Simona Halep a inicios de mes por una lesión en la rodilla, pero la número uno del mundo ha ganado 19 partidos en fila este año.
Su rival el jueves será precisamente Halep (3ra preclasificada), quien eliminó 6-1, 7-5 a la estadounidense Sloane Stephens. La alemana Andrea Petkovic (9) y la española Carla Suárez Navarro protagonizarán la otra semifinal.
El récord de Williams en su carrera quedó en 700-120, convirtiéndose en la octava mujer en la era abierta que alcanza semejante cantidad de victorias.
Los organizadores se la celebraron con un pastel en la pista, similar a lo que hicieron después que Murray logró el jueves alcanzar las 500 victorias.
“Mi destino fue ser tenista”, dijo Williams. “Vi una foto en la que estaba en un cochecito de bebé en una pista de tenis”.

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