Para el Relator contra la Tortura de Naciones Unidas, Juan Méndez, las acusaciones del Gobierno mexicano que indican que su trabajo fue poco ético y profesional constituyen un ataque personal.
En una carta enviada ayer al Representante de México en Ginebra, Jorge Lomónaco, reprueba que se le haya acusado de violar el Código de Conducta del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
“Jamás vi mi integridad ni mi ética cuestionadas, hasta ahora. Jamás esperé una acusación de México en ese sentido”, indica el Relator en una carta de 7 cuartillas.
El ex presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señala que, contrario a lo señalado por el subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la SRE, Juan Manuel Gómez Robledo, su trabajo no es quedar bien con México, sino ser constructivo, justo y honesto, al describir la situación tal y como la ve.
Al justificar por qué, desde su punto de vista, la tortura es una práctica generalizada en México, reconoce que presentó 14 casos de tortura, que involucran a 107 víctimas, porque sólo puede exponer los que cumplan con las reglas del Consejo de Derechos Humanos.
Los 14 casos y 107 víctimas, argumenta, es mucho más evidencia que la que presenta cualquier otro país en un año.
“Me preocupa que la discusión de mi informe se reduzca al uso de un adjetivo, un adjetivo que considero justificado, objetivo y justo, por todas las razones ya mencionadas. Me preocupa aún más que la discusión se centre ahora en mi ética e integridad profesional, como si disparar contra el mensajero pudiera ocultar las problemáticas hechas que señalé a su Gobierno.
“A pesar del lenguaje ofensivo que ha sido publicado en México para referirse a mi persona, quisiera asegurarle a usted, a su Gobierno y al Consejo de Derechos Humanos que mantengo inalterada mi actitud de diálogo constructivo”, sostiene.

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