Fue la noche en que Ponchito no quiso ser Don Alfonso.
La joya atlista Alfonso González terminó como el villano. Tuvo en sus botines al minuto 93 la victoria para el Atlas, pero por querer adornarse al cobrar un penal a lo “Panenka”, terminó por regalarle el balón a Luis Michel, quien la detuvo con una mano.
Ahí terminó el Clásico Tapatío.
Antes, Atlas y Guadalajara habían protagonizado una intensa y fiera batalla en el arranque, pero luego cayeron en el juego calculador y sin riesgos en la segunda parte para empatar 1-1, ante un colmado y colorido Estadio Jalisco.
En los últimos minutos, Michel, la falta de puntería de los Rojinegros y el pecado capital de Ponchito salvaron al Rebaño de una derrota.
Omar Bravo se puso a sólo tres goles de hacer historia, al abrir el marcador al minuto 11, cuando sólo empujó un centro de Carlos Fierro, en una gran acción de triangulación de Chivas.
Sin embargo, al 38’ llegó la recompensa para la reacción rojinegra, cuando el “Negro” cobró un tiro de esquina que remató con fuerza Christian Suárez con un frentazo, Michel escupió el balón y en el contrarremate, Caballero anotó con la testa para el 1-1 que desató la furia de La Fiel.
En los minutos finales el Atlas se lanzó con todo sobre el Rebaño, con Michel despejando pelotas.
José “Cheché” Hernández, al 86’, sacó un disparo por la izquierda que el veterano portero desvió estando ya caído, haciendo que el balón se fuera apenas por un lado del poste izquierdo.
En la última jugada, Ponce derribó dentro del área a Daniel Álvarez, acción que el árbitro dudó en marcar, pero que el auxiliar Alberto Morín concedió como penal.
Después, el ya mencionado desenlace negro para los Zorros y eufórico para las Chivas, pese a ser un empate más en la historia.

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