Envuelto en un delicado papel celofán, este León es una montaña rusa que últimamente termina siempre en un abismo al que no se le ve el fin.
Ha recibido diez goles en dos partidos. Cinco le clavó Monterrey hace dos semanas y cinco el Querétaro de Ronaldinho recién anoche (5-4 final).
Nacho González, Nacho Canuto, Magallón, Edwin Hernández y William Yarbrough son una caricatura de la defensa que hace casi un año amuralló al bicampeón. Hoy, para anotarle al León basta con el poco futbol que le queda a Dinho y con las precisas llegadas de un Querétaro que anotó a placer, casi a la carta, como si entendiera que la Fiera de Pizzi es incapaz de soportar un solo golpe.
Más doloroso que los cinco goles en contra, son los 12 puntos en los que León se ha estancado desde marzo. Le quedan 15 por jugar y si los ganara todos, podría calificar, pero eso suena a sueño, considerando que sus cinco juegos restantes son ante cuadros que pelean por calificar o que, de plano, como los Xolos y las Chivas, son candidatos al liderato.
Paradójicamente, anoche León jugó con esperanza mientras Ronaldinho trotó. Cuando el ex Balón de Oro se dedicó a caminar, el León murió de poco.
Elías Hernández adelantó a la Fiera ante los 26 mil fanáticos que llenaron el Nou Camp. Magistral tiro libre ante el que Thiago Volpi, arquero queretano, se tiró con timidez.
Sonrisas hasta para Mauro Boselli, el ariete lesionado y ahora recluido al palco principal del estadio.
Pero la alegría no llegó ni a la media hora. Con un Ronaldinho desconcertante, tan capaz de filtrar genial como de pasar largos minutos viéndose las agujetas, León entregó la noche. Emmanuel Villa empató con un quiebre hacia su derecha y un disparo potente, entre las piernas de Yarbrough.
Hasta ahí llegó León. A segundos del descanso y luego de que Miguel Sabah perdió un par de manos a mano con el portero, Yasser Corona cabeceó el 2-1 a pase de Dinho. Nacho González quedó “colgado” y el remate fue sencillo.
Ni el regalo arbitral que derivó en el 2-2, conseguido por Sabah tras un supuesto penal sobre él mismo, ayudó a la confianza esmeralda.
Era el minuto siete del complemento y la montaña rusa tomaba vuelo. Al ‘10, Orbelín Pineda hizo el 2-3, congelante para unas tribunas aún esperanzadas. A ocho del final, ya sin Ronaldinho y luego de que Marcos Caicedo deambulara 15 minutos en el campo, Gonzalo Ríos hizo el 3-3 que sanaba a medias.
A cuatro del pitazo, Ángel Sepúlveda clavó el 3-4; en el filo del ‘90, Villa sentenció con el 3-5 y en la última jugada, Ríos hizo su doblete.
En la entrada del estadio, varias mantas reforzaban el ánimo de sus jugadores con la leyenda “Confiamos en ustedes”. El problema es que en este León, hoy la confianza interna es lo más escaso.

«En 5»

León dominó el arranque y se adelantó, pero sus errores defensivos lo llevaron al abismo.

1.-Gran inicio local. Golazo de Elías Hernández y par de llegadas de Sabah, mientras Ronaldinho apreciaba la cancha y las tribunas.

2.-Golpazo con el 1-1. Emmanuel Villa empata con un potente tiro entre las piernas de William y se desmorona la confianza de la defensa esmeralda.

3.-A segundos de irse al descanso, Yasser Corona capitaliza un gran servicio de Ronaldinho. La defensa local ve la jugada de cerca y sin moverse.

4.-Miguel Sabah empata recién iniciado el complemento, pero Orbelín Pineda calla al Nou Camp con el 2-3 que pronostica una noche muy dura.

5.-Cierre de locos. Ríos empata a ocho del final, pero Osuna y Villa recuperan la ventaja visitante. El propio Ríos acerca, pero no hay tiempo para soñar de más.

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