Fundación Daya y la municipalidad de La Florida realizaron el martes una inédita cosecha de plantas de marihuana cuyo aceite se destinará en los próximos meses a aliviar el dolor de 200 enfermos de cáncer.
Para que Ana María Gazmuri, presidenta de Fundación Daya, y Rodolfo Carter, el conservador alcalde de la localidad chilena La Florida, cosecharan el martes las planta tuvieron que superar múltiples trabas burocráticas, en un país donde está prohibido el cultivo, la cosecha, la venta y el transporte de la droga. Las penas por infringir la ley llegan hasta los 15 años.
Gazmuri y Carter, además de personal médico, cortaron las ramas de enormes plantas de cannabis que superaban el metro y metro y medio, separaron delicadamente las hojas de los tallos y luego dejaron en la punta del tallo los cogollos, que son los que sirven para extraer el aceite curativo.
La cosecha se realizó en un recinto municipal de La Florida, una populosa barriada al sureste de Santiago, en un recinto muy custodiado, con altas paredes metálicas y alambres de púas, además de numerosos guardias.
Los cogollos y hojas serán transportados a un “laboratorio médico muy serio”, dijo Gazmuri, que se excusó de identificar porque falta cumplir con más trámites burocráticos.
La siembra y cosecha de 850 plantas de cannabis se realizó en octubre de 2014, luego se redujeron sólo a las hembras, que son las que producen el aceite, que esta vez será destinado sólo a pacientes de cáncer mayores de edad.
El proyecto incluye la realización a su vez de un estudio clínico que permitirá analizar los efectos del cannabis en los usuarios.
“Estamos sentando las bases de lo que es la producción de cannabis medicinal nacional”, dijo Gazmuri a The Associated Press.
Carter, cuyo padre murió de cáncer, dijo que recibió numerosos llamados de colegas consultando por el proyecto. “Creemos legítimamente que han tenido algún grado de temor a dar el paso (de cultivar marihuana medicinal) porque este es un tema conflictivo”.
En la cosecha estuvo presente Cecilia Heyder, quien padece lupus y desde 2011 un cáncer de mama con metástasis. Heyder rechaza los medicamentos tradicionales e incluso estuvo meses sin poder levantarse y luego se movilizaba en silla de ruedas, hasta que empezó a medicarse con cannabis.
“Es un gran logro. Ojalá que todas las municipalidades en Chile lo lograran, pero es para 200 pacientes, nada más, no para el resto, y no puede ser eso”, dijo Heyder, quien ha sufrido allanamientos, detenciones temporales y seguimientos policiales, según denunció.
Chile es el tercer consumidor de marihuana en Sudamérica, según las Naciones Unidas, a pesar de que la ley considera al cannabis una droga peligrosa, donde la colocó la presidenta Michelle Bachelet, en su primer gobierno, 2006-2010.
En este país existe un grupo de madres agrupadas en “Mama Cultiva”, que cultivan cannabis clandestinamente porque sus hijos padecen epilepsia refractaria, es decir, rechazan los anticonvulsivos, y sólo logran detener las convulsiones con el aceite de marihuana.
La cosecha coincidió con la aprobación en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados de un proyecto para despenalizar el autocultivo de marihuana para consumo privado y su cultivo y venta con fines medicinales.
Sin embargo, el proyecto debe aún ser aprobado por la cámara baja y el Senado.
La normativa estipula que los usuarios podrán cultivar privadamente hasta seis plantas para su consumo recreacional. En el caso de los menores de edad, podrán hacerlo previa presentación de un certificado médico.

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