La temperatura ha aumentado en los últimos días y con ello el riesgo de padecer una enfermedad gastrointestinal y otros malestares derivados del calor.
Al momento no se han presentado decesos pero sí es importante cuidar su salud, afirmó el Sub Delegado Médico del ISSSTE, Carlos Tovar.
El médico afirmó que hay que prevenir las enfermedades gastrointestinales y tener mucho cuidado para no recaer en las relacionadas con las vías respiratorias, esto derivado de los cambios bruscos de temperatura.
Alertó que durante el calor, es una temporada donde se tiene que eficientar las labores de higiene y cuidado de los alimentos, debido a que tradicionalmente implica un incremento en la demanda y consumo de productos pesqueros en la población.
En la Secretaría de Salud, tampoco se han presentado casos de gravedad, pero sí han aumentado las atenciones de enfermedades gastrointestinales, que sobre todo incrementan en esta temporada de calor.
El médico mencionó que aunque se atiende a toda la población, se pone especial énfasis en los grupos vulnerables que son los menores de cinco años y los mayores de 60.
Así es que para evitar ser presa de las enfermedades típicas de esta temporada, se recomienda lavarse las manos después de ir al baño y antes de preparar y comer los alimentos.
Hay que alejarse de lugares donde los productos del mar no lucen frescos, limpios o bien preparados, y cuidar que no haya moscas, cucarachas u otros insectos transmisores de enfermedades.
Una amenaza más es el cólera que suele darse al consumir alimentos del mar mal preparados o en estado de descomposición.
En caso de diarrea, lo más importante es mantener una adecuada hidratación, administrándose soluciones como el suero Vida Oral.
Una acción clave es el lavado de mano, , el uso del gel antibacterial todo el año, desinfectar frutas y verduras; y estornudar con el ángulo interno del codo.
En esta época también incrementan los casos de enfermedades gastrointestinales, así como brotes de varicela y hepatitis A.
Una amenaza más es el cólera que suele darse al consumir alimentos del mar mal preparados o en estado de descomposición.
Por otro lado, en esta temporada de calor abunda la gripe, sin embargo no en todos los casos se trata de esta enfermedad, sino que puede tratar de una alergia.
Muchas veces las personas no se dan cuenta que en este temporada de calor se acentúan los efectos del polen, el polvo, tierra y el aire acondicionado pues son detonantes de un cuadro que parece gripe pero es una alergia denominada rinitis.
Se agudizan sobre todo las que tienen que ver con la piel, nariz y ojos. Médicamente se les llama: dermatitis, rinitis y conjuntivitis, respectivamente.
En el caso de las alergias, se comienza a manifestar obstrucción y comezón nasal, estornudos continuos, picor de ojos y goteo, causados por rinitis alérgica.
Las alergias se presentan cuando el sistema inmunitario reacciona de manera exagerada a sustancias (alergenos) que normalmente son inofensivas.

Los riesgos de la automedicación

De acuerdo a un estudio realizado en 2014 por la Universidad del Valle de México (UVM), casi 80% de los mexicanos consume medicamentos sin consultar antes al doctor. Dicha costumbre, aseguran especialistas de la institución, puede significar un paso hacía el desarrollo de padecimientos, riesgos de que inhiba el funcionamiento de órganos o funciones del cuerpo, o bien genere resistencia a ciertos fármacos.
La investigación arrojó que 28% de las personas que aceptaron haber consumido medicamentos sin receta médica vieron que sus padecimientos no eran graves porque se trataba de resfriados, dolores de cabeza e indigestiones. Al respecto, los científicos que realizaron el estudio aseguran que automedicarse puede dañar gravemente la salud, sobre todo en niños y personas de la tercera edad. Alertan además que dicho hábito puede propiciar o empeorar enfermedades como diabetes e hipertensión.
“No sólo se provoca dependencia y adicción en los pacientes, sino resistencia a los antibióticos. Esto significa que llegará el momento en que el cuerpo no reaccionará ante fuertes dosis de sustancias”, expuso el doctor Javier Vargas Martínez, director de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UVM.
Ante el grave problema de salud que representa consumir medicamentos sin acudir previamente al médico, expone que no sólo es necesario reglamentar la venta al público de fármacos que parecen inofensivos y sancionar a farmacias que venden sustancias controladas sin receta, sino que urge crear una campaña nacional de concientización sobre los riesgos que implica “sentirse doctor”.
Javier Vargas Martínez enfatizó en que los pacientes saben que debe acudir a consulta cuando sienten malestares, pero no lo hacen por diferentes motivos. Entre las principales excusas para no ir al médico, de acuerdo al estudio, están la falta de tiempo, costos y carencia de información sobre con quién acudir.
Para tener una idea del daño que puede ocasionar, continúa el doctor, consumir cien miligramos al día de ácido acetilsalicílico, es decir una aspirina, origina que la sangre coagule lentamente. Cuando se toman dos o tres, en un periodo de 24 horas, el procedimiento sanguíneo es mucho más pausado y si se llegara a sufrir un golpe en la cabeza, durante el tiempo que la sustancia permanece en el cuerpo, podría provocarle un accidente cerebrovascular, mencionó el especialista.
Ante ello, Vargas Martínez invitó a la población a no dejarse llevar por la publicidad que aplican algunos laboratorios en sus fármacos, ya que esta es una de las causas por las que los pacientes creen que no es necesario consultar al médico.

Investigan relación entre el autismo y la epilepsia

Investigadores de la Universidad Veracruzana (UV) estudian la relación neurobiológica que existe entre el Trastorno del Espectro Autista (TEA) y la epilepsia, con el objetivo de entender la razón de por qué el cerebro de un niño autista es de 20 a 30% más susceptible a sufrir convulsiones que un pequeño sin este padecimiento.

Para conocer la relación, Ángel Alberto Puig Lagunes, estudiante de doctorado en Investigaciones Cerebrales de la UV, trabaja con dos modelos experimentales, uno de autismo y otro de epilepsia debido a que 30% de los autistas pueden presentar en algún momento de su vida algún tipo de epilepsia, principalmente en la infancia y adolescencia.
La investigación busca conocer las diferencias en la cantidad de neurotransmisores y receptores que pudieran determinar la susceptibilidad a presentar convulsiones. “Si se sabe lo que sucede en las estructuras del cerebro de ratas de laboratorio utilizando estos modelos, se pueden generar nuevas pistas sobre las características que presentan los pacientes con TEA que las hacen más susceptibles a presentar crisis epilépticas y quizá en un futuro facilitar con nuevos fármacos o intervenciones no farmacológicas el tratamiento de dichos padecimiento”, precisa Ángel Puig.
La Organización Mundial de la Salud calcula que uno de cada 160 niños menores de 12 años tiene autismo en el mundo. En México, existen alrededor de 46 mil personas con esta enfermedad.
El especialista refiere que de uno a 1.5% de la población mundial presenta epilepsia, lo que equivale a 50 millones de personas. Distintos datos epidemiológicos indican que entre el 20 y 35% de los menores con autismo tienen este padecimiento; sin embargo, aún se desconocen las causas neurobiológicas de dicha comorbilidad.
Puig Lagunes en colaboración con los doctores María Leonor López-Meraz, Jorge Manzo Denes y Rebeca Toledo Cárdenas evalúan cambios neuroquímicos que se presentan en estructuras cerebrales como el hipocampo, amígdala, cerebelo y corteza frontal expuestos al ácido valproico, áreas implicadas tanto en el autismo como en la epilepsia.
El investigador analiza las convulsiones por medio de fármacos como el pentilentetrazol, utilizado para inducir crisis, y el ácido valproico, un anticonvulsionante que se aplica de forma prenatal a ratas de laboratorio, ya que se ha demostrado que cuando se le administra a una mujer embarazada hay mayor probabilidad de que su hijo nazca con TEA.

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