La Casa Blanca dijo el martes que Venezuela no representa amenaza alguna pero que así reza el texto del formato utilizado para elaborar las órdenes ejecutivas que permiten al presidente Barack Obama imponer sanciones a entidades extranjeras.
Al congelar los bienes que en territorio estadounidense posean siete funcionarios venezolanos acusados de violar derechos humanos, Washington declaró el mes pasado a Venezuela una “amenaza extraordinaria e inusual”, lo que ha generado un rechazo mayoritario en el hemisferio.
Ben Rhodes, asesor presidencial sobre Seguridad Nacional, dijo durante una teleconferencia que el texto de la resolución ejecutiva “es completamente proforma, es el texto que usamos en órdenes ejecutivas para todo el planeta”.
“Estados Unidos no cree que Venezuela representa alguna amenaza a nuestra seguridad nacional. Honestamente, tenemos un formato con el que elaboramos nuestras órdenes ejecutivas”, agregó durante una conferencia telefónica sobre el próximo viaje del presidente Barack Obama a Jamaica y Panamá.
Fue el primer comentario que emitió el gobierno norteamericano que contradice directamente el texto de su orden ejecutiva.
Rhodes expresó además su expectativa de que durante la próxima Cumbre de las Américas “el gobierno venezolano exprese su oposición a ciertas políticas estadounidenses”.
El asesor presidencial para temas hemisféricos, Ricardo Zúñiga, dijo que “la situación interna en Venezuela claramente es asunto de preocupación para sus vecinos y otros países de la región” y que también están pendientes de los problemas económicos en la nación sudamericana y “el impacto potencial que puede tener no sólo para los países que se han beneficiado del subsidio petrolero venezolano Petrocaribe sino también para sus vecinos”.
Durante la cumbre un grupo de 23 ex gobernantes iberoamericanos entregará al secretario general saliente de la OEA José Miguel Insulza una carta manifestando su preocupación por la situación de los presos políticos en Venezuela.
“Esto lo hacemos para llamar la atención de la comunidad internacional sobre lo que está pasando en Venezuela con los derechos humanos”, dijo el expresidente colombiano Andrés Pastrana, uno de los firmantes de la llamada “Declaración de Panamá”.
El texto exige la inmediata liberación de los opositores venezolanos detenidos y pide a los países de la Cumbre de las Américas, la OEA y la ONU que se involucren para “construir una alternativa de solución que respete los principios constitucionales y las normas internacionales”.
Zúñiga aseguró que Obama podrá manejar con calma cualquier situación que se presente durante la cumbre, al ser consultado sobre la intención del presidente venezolano Nicolás Maduro de llevarle millones de firmas solicitando la derogación de las sanciones de Washington a los funcionarios venezolanos.
“La cumbre debe ser un momento para tener un intercambio civilizado con todos los líderes. No tenemos preocupación de hablar con cualquier participante, pero todos deberíamos pensar que debe ser un evento correcto, donde podemos tener un intercambio como debe ser”, indicó.
Rhodes y Zúñiga reiteraron que el gobierno estadounidense no busca desestabilizar al país sudamericano, cuya economía se contraerá 7% este año según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional.
El gobierno venezolano lanzó una campaña de recolección de firmas pidiendo a Obama derogar las sanciones.
Las autoridades venezolanas aseguran que la campaña denominada “Obama deroga el decreto ya” recogió alrededor de ocho millones de firmas, incluyendo las del presidente de Ecuador Rafael Correa y su canciller Ricardo Patiño.
“Nosotros hemos apoyado, yo he firmado, el presidente (Correa) ha firmado, muchos ecuatorianos han firmado… está clara la voluntad de nuestros países, desde los gobiernos y también de la sociedad civil, que ese decreto no siga manteniéndose, que ese decreto pueda ser derogado lo más pronto posible”, dijo Patiño el martes.

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