Muchos son los lugares que tuvieron importancia y quedaron marcados en la historia por ser los escenarios de las Batallas de Celaya durante la revolución.
Los lugares donde el general Álvaro Obregón y Francisco Villa se enfrentaron, pero sobre todo desde donde el ejército constitucionalista planeó su estrategia para vencer.
Algunos de esos lugares los observamos a diario como son:

La bola del Agua y su historia en la Revolución

Narra el historiador Rafael Soldara, que la Torre Hidráulica uno de los puntos que los villistas planeaban atacar para afectar a los constitucionalistas, lo que nunca lograron hacer.
“Algunos balazos que le tiraron a la torre hidráulica, y es interesante porque en la facción villista se tenía contemplado bombardear Celaya y particularmente la bola del agua para propinar una inundación, el caos, el desabasto y hacer que los constitucionalistas salieran de la ciudad”.
“Esto nunca ocurrió pero en los medios de comunicación a nivel internacional se creía que realmente Celaya sí había sido bombardeada y no había templo que hubiera quedado en pie, pero eso fue mera especulación, el flujo de información era lenta”.
Soldara explicó que nunca lograron apreciar algún disparo en el ícono de la ciudad, sólo en inmuebles cercanos.
“Nosotros no logramos apreciar o precisar, sí hay algunos impactos en la veleta de la parte superior de la linternilla del convento de San Agustín. Sabíamos también por la señora Abigail Carreño de Maldonado (quien fuera cronista de la ciudad) que en el templo del Carmen también había algunos balazos, desperfectos y daños”.

Convento de San Francisco convertido en cuartel

Originalmente destinado para el colegio y posteriormente para la universidad pontificia, el convento de San Francisco fue ocupado por el ejército y se convirtió en cuartel militar.
En lo que ahora se conoce como el estacionamiento, era la caballería y el historiador Soldara Luna, aseguró que los soldados subían hasta a caballo por la escalera y ocupaban todo el claustro alto.
“En ese tiempo los frailes se quedaron con una parte muy pequeña del convento, específicamente con el templo y la capilla, la orden no se suprimió siguió dando su asistencia en el templo, pero quedaron prácticamente despojados de la propiedad, esto propició un desplome de los techos, se perdieron muebles, obras de arte y si hacemos una comparación con los inventarios hay una merma de patrimonio artístico que se perdió durante la Revolución Mexicana”.
“La biblioteca conventual fue enparedada y hasta después de la ocupación de los soldados salió a luz la biblioteca que se ha ido alimentando con donaciones de los mismos frailes. Fue un acuerdo de los mismos religiosos”.
También debieron tomar medidas con la imagen de la Virgen de la Purísima Concepción y con su corona de oro.
“Sabemos también que la corona de la Virgen salió de la ciudad para guardarse en un banco y también durante un tiempo fue ocultada entre los muros del convento”.
“En 1915 la imagen original de la Purísima concepción fue conservada, guardada y escondida en la casa de la calle primera de Guadalupe número 1, es decir, en la casa que todavía existe y que perteneció al primer fotógrafo de la ciudad llamado Miguel Rodríguez y que después en ese lugar tuvo su estudio el señor Inocencio Cabrera”.
“Estuvo en manos particulares para ser defendida del robo, saqueo, el riesgo hubiera sido la destrucción y algo muy característico el robo de todos los metales de bronce, cobre en las campanas como de plata y oro, sabemos que la virgen fue coronada en 1909 un año antes del estallamiento de la Revolución, tiene otras coronas de plata que fueron botín para financiamiento del mismo ejército, recordemos que el ejército villista tuvo un financiamiento, la gente por entrar a ejército recibía una especie de sueldo o pensión”.
Fue hasta el siglo XX cuando los franciscanos nuevamente recuperaron el inmueble.
“Estuvo desde mediados del siglo XIX desde el momento de la exclaustración de la ocupación durante el periodo de Juárez de con vientos y a mediados del siglo XX cuando fue recuperado gracias a las gestiones del historiador Luis Velásco de Mendoza cuñado de Miguel Alemán, quien que fue muy sensible al tema porque participó en las Batallas de Celaya igual que el muralista David Alfaro Siqueiros, Lázaro Carenas, Plutarco Elías Calles. Participaron en el frente de combate fueron militares y estuvieron en los campos de Celaya”.
Actualmente si una persona se acerca a la parte inferior de las columnas y del pórtico del Templo de San Francisco puede observar algunos apuntes sobre las canteras que hicieron los militares de los diferentes regimientos que ocuparon el convento algunos dicen:
“El ejército federal y constitucionalista”, “Quinto regimiento de caballería”, “Octavo regimiento”, entre otros.

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