Greenpeace denunció que depósitos para materiales tóxicos perforados, oxidados y en mal estado están almacenados al aire libre en una compañía química en desuso en Hungría, lo que podría causar una catástrofe ambiental, mientras el gobierno dijo que tomará meses para que los químicos sean retirados y pueda limpiarse la zona.
Gergely Simon, experto en química de Greenpeace, dijo que la situación en Budapest Chemical Works está “cerca de la catástrofe”. Agregó que materiales tóxicos como benceno se están filtrando al manto acuífero a unos 60 metros (200 pies) de profundidad en concentraciones de hasta 100,000 veces el límite permitido.
Zsolt V. Nemeth, secretario estatal de protección del medioambiente, informó que aunque las autoridades de manejo de desastres han declarado que no hay una “situación directa de catástrofe”, las autoridades ambientales están pidiendo que se actúe de inmediato.
“Estamos pidiendo recursos al gobierno para poder retirar y desechar apropiadamente los barriles”, dijo Nemeth a The Associated Press. “Después viene la segunda fase, la limpieza del área”.
Dado que la empresa es administrada por un liquidador, Nemeth dijo que debido a los cambios a las leyes de quiebras, se necesita realizar un sondeo de los materiales en los barriles y un proceso público de adquisición antes de que el estado pueda hacerse cargo de la limpieza.
“Se necesitan meses hasta que podamos siquiera comenzar los trabajo”, agregó el funcionario.
Después de que los barriles sean retirados, la limpieza del suelo y la tierra tardarán años y costará hasta 10,000 millones de florines (36 millones de dólares), indicó Nemeth.
Simon dijo que los barriles se han deteriorado demasiado en los últimos años y muchos no tienen etiquetas de identificación o están incompletas.
Istvan Kurthy, quien vive cerca de ahí, ha buscado que las autoridades hagan frente al problema. “Hasta ahora, han dicho poco sobre el tema”, señaló el vecino, quien agregó que en la zona hay un “olor químico desagradable”.
Catástrofe ambiental por planta química en Hungría
Greenpeace denunció que depósitos para materiales tóxicos perforados, oxidados y en mal estado están almacenados al aire libre en una compañía química