Como en otros países, en México se vive una crisis de seguridad en la que Jalisco encabeza algunas listas negras, de acuerdo con Amnistía Internacional (AI).
La mañana de este ayer, la organización presentó un resumen de su “Informe 2014/2015, La situación de los derechos s humanos en el mundo”, en donde participaron Anna Neistat, directora general de Investigación de AI; Perseo Quiroz, director ejecutivo de AI México; Esperanza Chávez y Rosario Cervantes de Familiares Unidos por Nuestros Desaparecidos Jalisco (Fundej); y César Pérez, director de Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad).
“Estas crisis de seguridad que estamos viendo que cada día se incrementa en México, pero que también se ha incrementado en Jalisco, se deriva de esta falacia de que tenemos que hacer una disyuntiva entre seguridad y derechos humanos, que para tener más seguridad, tenemos que tener una política de mano dura y no una política que respete derechos humanos, esto lo vemos a nivel nacional y también lo vemos a nivel local”, refirió Quiroz.
Los temas enlistados por la organización internacional como los más preocupantes son la desaparición y desaparición forzada, por ser Jalisco la segunda entidad en el País con la cifra más alta; la tortura; malos tratos a defensores de derechos humanos y periodistas; refugiados y migrantes; pueblos indígenas; libertad de expresión; y policía y fuerzas de seguridad.

Alarma violación de derechos

Si continúan las desapariciones forzadas, la tortura, los asesinatos y otras violaciones a los derechos humanos en México, el País estará cerca de una zona de guerra, advierten miembros de Amnistía Internacional (AI) y Human Right Watch (HRW).
“Si la situación continúa, tanto personal de emergencia de Amnistía Internacional o Human Right Watch necesitaría trabajar de cerca con lo que pasa aquí, porque lo que sucede en México cada vez más se acerca a una zona de guerra”, dijo Anna Neistat, directora general de Investigaciones de AI, en una presentación en el Tec de Monterrey, Campus Guadalajara.
Gran parte del problema es la tolerancia de las autoridades; para erradicar la impunidad, los mecanismos posibles son las organizaciones externas y gobiernos de otros países que generen presión para que surja el cambio necesario, agregó Ole Solvang, investigador principal de HRW.

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