Con la misma naturalidad que liquidó al Bayern Múnich con un zapatazo y una genialidad, Lionel Messi aguanta al Barcelona de tal manera que resulta incluso difícil de explicar.
La noche del miércoles, cuando puso otra vez el Camp Nou y al mundo a sus pies, resumió ante las cámaras su sentimiento: “Bueno, ahora me iré a casa, le daré un beso al niño y me meteré en la cama”. Así de sencillo, como si no hubiera pasado nada. Pero algo pasó: Messi demostró otra vez, casi sin querer, que por encima suyo, el cielo. Y a su estela, el club.
“Ha llegado a su madurez, es algo evidente. Y lo ha hecho de una manera muy normal, muy natural”, cuentan quienes han vivido a su lado desde que era apenas un aprendiz de Ronaldinho, esos quienes lo han visto aprender de Xavi y de Iniesta, o reírse con Piqué y Alves.
“Pero ahora, al que miran es a él, esperan a ver qué hace y entonces, el resto actúa”, añaden.
Solo basta con verle en la sala de prensa, cada vez más cómodo. Ahora, el Barça es él, un club que sigue siendo más que un club: el FC Messi. No hay otro líder que él, y bajo su talento se aguanta el presidente, el entrenador y el equipo. Demasiados goles, demasiadas asistencias, demasiado de todo.
“Nos hace buenos a todos”, dice Piqué. “Es demasiado bueno”, aseguran incluso los rivales.
Los goles de Leo se revisan en las redes sociales de tal manera que han llevado al Barcelona a ser una epidemia y en los últimos cinco años, el Club ha multiplicado por tres su valor económico (según un estudio de la revista Forbes, el club tiene un valor de 2,808 millones de euros) y ha aumentado un 21.5 por ciento en los últimos tres años. El del Madrid, en cambio, ha disminuido en un 1.5%. La culpa la tiene en buena parte el talento de Messi.
Sin ir más lejos, este año lleva más de un gol por partido (53 por 51 partidos), que representa el 32.7 por ciento de las dianas del Barça; acumula el 27 por ciento de los remates del equipo (243), y de los que enfoca a portería, el 44 por ciento son gol. “Es increíble su eficacia”, reconoce Suárez, con el que se lleva de maravilla. De hecho, llegados a este punto, es difícil encontrar alguien con quien se lleve mal.
Los compañeros le rinden pleitesía, empezando por Neymar, que le adora y su capacidad para aglutinar ha crecido temporada tras temporada, igual que su rendimiento.
Ya no son detalles, es un todo. Ya no es un chaval huidizo escondido en un rincón del vestuario junto a Sylvinho, sino que el grupo le busca. El club está a sus pies, en tanto que el mundo se arrodilla ante su talento.
EN NÚMEROS
Su temporada
43.8 Por ciento de los goles del Barcelona tienen a Messi como participante.
5.4 Regates por partido promedia y quien recibe el 15% de las faltas del equipo.