La esperada reapertura de embajadas en Washington y La Habana podría estar más cerca. Al menos eso es lo que dejó ver el presidente cubano, Raúl Castro, ayer.
Tras despedir al presidente francés, François Hollande, Castro dijo a periodistas en La Habana que una vez que Cuba salga definitivamente de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo de EU, entonces “podremos nombrar embajadores”.
La fecha clave es el 29 de mayo. Ahí se cumplen los 45 días de espera estipulados desde que el presidente, Barack Obama, notificara el 14 de abril al Congreso su decisión de recomendar la salida de Cuba de la lista negra del Departamento de Estado, una de las demandas clave de La Habana en el proceso de normalización de relaciones iniciado el 17 de diciembre.
Si el Congreso no ha actuado hasta entonces para intentar impedir este paso -y hasta ahora no hay señal alguna de que esté siquiera planteándoselo- entonces Cuba saldrá automáticamente de esa lista el 29.
Cierto es que las palabras del Presidente cubano no implican una fecha cerrada. Pero teniendo en cuenta que hasta ahora La Habana parecía tener menos prisa que Washington en dar este paso, resulta significativo que Castro haya aludido al tema con una fecha tan concreta.
Aun así, Castro dejó claro que todavía quedan aspectos que preocupan a La Habana en la negociación, como el entrenamiento “ilegal” de disidentes que aseguró realiza la Sección de Intereses de EU en Cuba.
En Washington, el portavoz del Departamento de Estado Jeff Rathke se mostró también cauteloso.
Dijo que el intercambio de embajadores “sería el siguiente paso lógico”, pero subrayó que todavía no se ha fijado una fecha concreta para ello y que las negociaciones siguen en marcha.
Castro, por su parte, subrayó que el restablecimiento de relaciones diplomáticas no significa la normalización total de los lazos bilaterales. Para ello, reiteró “tiene que eliminarse el bloqueo y la base de Guantánamo debe ser devuelta”, citó la agencia cubana Prensa Latina.
Washington también sigue teniendo sus reservas, recordó entretanto el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
“Hemos manifestado, tanto en público como en privado, la preocupación que tenemos con el Gobierno cubano y la frecuencia con que pisotea los derechos humanos universales básicos de su pueblo”, recordó.

Afronta Obama una revuelta demócrata

El presidente Barack Obama afronta una de las mayores revueltas de su partido desde que llegó a la Casa Blanca.
Los senadores del Partido Demócrata derrotaron ayer una propuesta que le otorgaba poderes para negociar un acuerdo comercial con los países de la cuenca del Pacífico.
Esta vez los líderes republicanos le apoyaban. El acuerdo es una de las prioridades de Obama antes de abandonar el poder. Con el pacto nuclear con Irán, debe definir su legado.
El motivo de la revuelta es la negociación del acuerdo comercial con once países de la cuenca del Pacífico, americanos y asiáticos, que representan, junto a Estados Unidos, el 40% de la economía y un tercio del comercio mundial.
El acuerdo con la Unión Europea no entra todavía en el debate estadounidense: lo más probable es que corresponda al sucesor de Obama rubricarlo.

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