Todo ocurrió en el inicio de faena al sexto de la tarde en Las Ventas. Saúl Jiménez Fortes, joven torero malagueño, brinda al público un gesto inequívoco de que estaba decidido a jugarse la vida para abrir la puerta grande que le había entreabierto la oreja conseguida en su primero.
En la primera tanda, el animal echó la cara arriba y lo desarmó; en el primer cite, el toro volteó al torero, lo mantuvo entre los pitones y lo estrelló contra el suelo; quedó de medio lado y, al intentar rodar sobre sí mismo, el toro le clavó el pitón izquierdo en el cuello y lo levantó como un trapo.
Jimenez Fortes quedó boca abajo, pero consiguió ponerse de rodillas antes de que llegaran las asistencias. Para entonces, ya se había llevado las manos al cuello y se vio claramente que manaba sangre. Por su propio pie recorrió unos pasos hasta que fue cargado por sus compañeros hasta la enfermería, donde comprobaron que llevaba dos cornadas, aunque las primeras noticias fueron tranquilizadoras.
Como suele ocurrir, todo sucedió en unos pocos segundos que parecieron interminables. La plaza quedó conmovida porque la impresión fue terrorífica y espantosa.
Dos heridas por asta de toro, una en región cervical derecha con trayectoria ascendente y hacía adentro de 15 cm que bordea la glándula tiroide y esófago que contusiona la vena yugular y la arteria carótida y llega a la fascia prevertebral; y la otra en regiónsubmandibular izquierda de 10 cm que bordea parótida y lesiona músculo esternocleidomastoideo.
Es intervenido quirúrgicamente en la enfermería de la plaza de toros.
El resto de la corrida tuvo poca historia. Los toros de Salvador Domecq se vieron sin clase.
Uceda Leal se las vio primero con un manso y el cuarto para el olvido.
Y el tercero, el mexicano Diego Silveti, llegó renqueante de una cogida en un tobillo en Aguascalientes el pasado día 3, por lo que se coloca según la norma moderna, al hilo de pitón y despegado, le cuesta confiarse, desprende poco mando y su toreo resultante es vacío. Dio muchos pases, pero toreó poco.

Ocho segundos de pesadilla

Jiménez Fortes inicia con su segundo de la tarde y de inmediato el toro lo levanta, pero no lo lastima al estar el torero entre sus pitones. Pero el animal lo echa al suelo y, totalmente deprotegido, el malagueño aguarda el ataque, que le da de lleno en el cuello con el pitón izquierdo para dejarle dos trayectorias y salir con ayuda de la plaza.

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