En un inusual ataque terrestre en el interior de Siria, un comando del ejército de Estados Unidos mató a un hombre descrito como el jefe de operaciones petroleras del grupo Estado Islámico, capturó a su esposa y rescató a una mujer que, según funcionarios estadounidenses, estaba esclavizada.
Un grupo de efectivos especiales de la Fuerza Delta penetró la frontera desde Irak en medio de la oscuridad a bordo de helicópteros Black Hawk y una aeronave V-22 Osprey, dijo un funcionario de Defensa de Estados Unidos enterado de los detalles de la incursión, el cual solicitó el anonimato porque no está autorizado a hacer declaraciones sobre el particular.
Los estadounidenses pretendían capturar a un extremista al que funcionarios norteamericanos identificaron como Abu Sayyaf. Cuando llegaron al lugar, un edificio de varios niveles, los efectivos de Estados Unidos enfrentaron una fuerte resistencia, dijo el funcionario estadounidense.
En el combate que se desató entre las partes, una bala perforó el fuselaje de la aeronave norteamericana, pero no hubo mayor daño.
Abu Sayyaf fue muerto junto con unos 12 combatientes del Estado Islámico, dijeron funcionarios de Estados Unidos. Ningún soldado estadounidense perdió la vida ni resultó herido.
Antes de que saliera el sol, el comando regresó a Irak con la esposa de Abu Sayyaf, Umm Sayyaf, a la que los efectivos norteamericanos mantienen detenida y la interrogan, dijeron los funcionarios.
El objetivo de la misión era conseguir información de inteligencia en torno a las operaciones del Estado Islámico, así como datos sobre rehenes, incluidos estadounidenses, que estuvieran en poder de ese grupo, según Bernadette Meehan, portavoz del Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos.
Un funcionario describió a Abu Sayyaf como el “emir” del Estado Islámico “para el petróleo y el gas”, aunque también era un blanco por su conocida vinculación con el jefe del grupo, Abu Bakr al-Baghdadi.
Dada la posición de Abu Sayyaf, es probable que supiera más que simplemente el ámbito financiero de las operaciones del grupo, dijeron funcionarios estadounidenses.
El nombre de Abu Sayyaf casi nunca era mencionado en los informes occidentales sobre el grupo extremista, y no se sabe que figurara entre los terroristas por quienes Estados Unidos ha ofrecido alguna recompensa.
Funcionarios antiterroristas que estudian al Estado Islámico desconocían el nombre, y no aparecía en informes compilados por grupos de expertos y de otros que examinan la jerarquía de esa organización.
El funcionario estadounidense dijo que la muerte de Abu Sayyaf quizá ha detenido temporalmente las operaciones de los ingresos petroleros del Estado Islámico, que son cruciales para que esa organización tenga capacidad de efectuar operaciones militares en Siria e Irak, y de gobernar los centros de población bajo su control.
Sin embargo, el representante federal estadounidense Adam Schiff, el demócrata de más alto rango en la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, advirtió que no hay que exagerar los beneficios a largo plazo de la muerte de Abu Sayyaf.
Señaló que el Estado Islámico, igual que al-Qaida, “ha mostrado habilidad para reemplazar a sus comandantes y necesitaremos mantener la presión contra su dirección y financiamiento”.

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