Un cohete ruso que transportaba un satélite mexicano sufrió una falla técnica poco después de despegar el sábado, el revés más reciente que sufre la golpeada industria espacial rusa, cuya gloria de la era soviética se ha visto empañada por varios lanzamientos fallidos.
El cohete Proton-M despegó del cosmódromo alquilado por Rusia en Baikonur, en Kazajistán. La agencia espacial rusa Roscosmos informó que se produjo un problema relacionado con los motores de dirección en la tercera etapa del cohete a ocho minutos de despegar y 161 kilómetros (97 millas) sobre la Tierra. La agencia dijo que el cohete y el satélite —construido por Boeing— no alcanzaron la órbita prevista y casi todo se desintegró en la atmósfera.
Sn embargo, las autoridades en el este de Siberia buscaban cualquier posible escombro en la región de Zabaikalsky, que limita con Mongolia y China, informaron las agencias de noticias rusas. No informaron si hallaron alguno.
El último lanzamiento fallido de un Proton-M ocurrió hace exactamente un año, causando también la pérdida de un satélite de telecomunicaciones. Desde entonces, se han realizado seis despegues exitosos.
Fuentes de la industria espacial citadas por la agencia de noticias Interfax dijeron que el accidente podría obligar a la suspensión de los próximos lanzamientos de cohetes Proton-M, entre ellos el siguiente en junio, con un satélite británico.
En un incidente por separado, Roscosmos informó el sábado que una nave espacial Progress, actualmente acoplada a la Estación Espacial Internacional, no logró encender su motor, por lo que no pudo ajustar la órbita de toda la estación espacial. La agencia investiga por qué sucedió esto y aclaró que la tripulación de la base orbital no está en peligro por el incidente.
En mensaje por Twitter, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de México informó que el “satélite Centenario cuenta con seguros de cobertura amplia que amparan 100% la inversión realizada por el Estado mexicano”.
El programa espacial ruso ha sufrido varios lanzamientos fallidos en los últimos años. Los expertos espaciales dicen que el programa se ha visto obstaculizado por una fuga de cerebros y por la continua erosión de los estándares de ingeniería y de calidad.
“Parece que la industria espacial rusa se está desintegrando a una velocidad cósmica”, dijo Yuri Karash, científico espacial y miembro de la Academia Rusa de Ciencias Espaciales, citado por la agencia Interfax.
Debido a los bajos salarios y la falta de nuevos proyectos, quienes trabajan en la industria espacial están “muy lejos de los mejores especialistas y no tienen ningún interés en improvisar con equipos cósmicos como los cohetes desarrollados hace medio siglo”.
En abril, una nave rusa no tripulada, con tres toneladas de suministros, no logró acoplarse a la Estación Espacial Internacional debido a un giro incontrolable después del lanzamiento. Esto retrasó el retorno a tierra de algunos astronautas y el envío de sus reemplazos.

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