El teatro del Bicentenario se convirtió en Verona, Italia, gracias al Ballet de Monterrey que trajo para los leoneses el clásico de William Shakespeare, Romeo y Julieta.
Una excelente producción es la que llegó de la mano de la compañía, durante este fin de semana.
El drama, el amor, la diversión pero sobre todo la sensibilidad atraparon a cada uno de los asistentes a las dos funciones de esta versión de una de las obras más representadas de todos los tiempos.
La obra cuenta la historia de Romeo Montesco y Julieta Capuleto, dos jóvenes que se enamoran a pesar de la enemistad de sus familias, pero a pesar de la oposición deciden casarse de forma clandestina y vivir juntos; sin embargo una serie de fatalidades llevan al suicidio de los dos amantes.
Dirigida por Jorge Amarante, la puesta demostró que el clásico sigue siendo vigente aún en nuestro tiempo.
La plaza del mercado de Verona, la casa y el jardín de los Capuleto, la recámara de Julieta y el mausoleo de la familia de ésta, son algunos de los escenarios que transportaron a los asistentes dentro de la tragedia.
La escenografía del chileno Jorge Gallardo y la musicalización del ruso Serguéi Prokófiev, fueron el complemento del lenguaje que crearon los bailarines con el movimiento de sus cuerpos.
Uno de los momentos que provocó que el, públio permaneciera casi sin parpadear fue la escena en el mausoleo de los Capuleto, pues la coreografía fúnebre ante una fallecida Julieta, resultó muy conmovedora
Fueron más de dos horas en las que los asistentesse enamoraron, rieron, gozaron y sufrieron gracias las interpretaciones de Olivia Quintana (Julieta) y Alejandro Reyes (Romeo), que junto con el resto del elenco, recibieron los aplausos y gritos al término de la presentación.
Entre el público se encontraba el arzobispo de León, Alfonso Cortés Contreras.
Enamora a leoneses
El Bicentenario se convirtió en un rincón de Italia donde el Ballet de Monterrey recreó el drama de Romeo y Julieta.