En Presitas y La Nopalera, los vecinos aseguran que no tienen agua desde hace dos semanas, mientras que en la colonia irregular Santa Cruz, al norte de la ciudad, las llaves comunitarias  no dan servicio desde hace un mes.
Por ello, tienen que comprar agua a pipas particulares y pagar 10 pesos por un barril de 200 litros, cuando las pipas municipales (antes Fideicomiso de Pipas) les cobran 5 pesos pero les surten una o dos veces por semana.
“La situación es muy difícil para las colonias más pobres. Tenemos que pagar el agua más cara. Yo pago 60 pesos por llenar seis barriles de agua a la semana, que equivale a mil 200 litros de agua. Una pipa de 10 mil litros cuesta 250 pesos, pero no tenemos dónde guardar agua”, dijo con resignación Regina Martínez, de Santa Cruz.
Para esta colonia irregular, Sapal instaló dos tomas comunitarias. Una de ellas tiene seis llaves, las cuales sólo sacan aire. En la otra toma ubicada a un kilómetro de distancia de la primera, de reciente creación, sale apenas un chorrito de agua que sirve para llenar los garrafones para las familias.
“En ocasiones hay que hacer filas. Muchas personas traen hasta mangueras para llenar tambos, pero el agua no alcanza para todos”, señaló Esther Estrada mientras llenaba los garrafones de agua de 20 litros, con lo que se ahorra 15 pesos.

‘Tenemos que comprarlas a particulares’

Carlos Urbina Tavárez, quien tiene a su cargo una pipa, vive en la colonia Presitas y aseguró que desde hace dos semanas no hay agua en la colonia.
“Cuando llego en la noche a mi casa, les regalo a los vecinos el agua que sobra, pues yo trabajo para una empresa”, añadió.
En estas colonias, enclavadas en pleno cerro, con calles con pendientes, el agua se convierte en oro líquido. Nada se desperdicia. El agua que utilizan para lavar la ropa se recicla para los sanitarios, las macetas y hasta para regar las empolvadas viviendas con piso de tierra.
“El barril cuesta 5 pesos con Fidapim, pero solo vienen una vez a la semana. Tenemos que comprarlas a particulares. Los tambos de 200 litros cuestan 10 pesos y si es más arriba del cerro hasta 15 pesos. Los barriles de plástico de 150 litros los llenan por 8 pesos y los pequeños, de 50 litros por 5 pesos. No nos alcanza para agua”, explicó con resignación Antonio Franco, de la colonia La Nopalera.
Mientras hay vecinos que pagan 280 pesos por 4 mil 800 litros de agua, poco menos de 5 metros cúbicos de agua, Sapal cobra 180 pesos por 14 metros cúbicos de agua, es decir, por 14 mil litros, casi pipa y media con capacidad de 10 mil litros.
“Los más pobres tenemos que pagar más por los servicios. Por ello, tenemos que cuidar más el agua, y de pilón no tenemos desde hace 15 días”, aseguró Manuela Hernández.
La demanda de agua en pipas en las colonias donde se está “terciando” el suministro de agua potable, se ha incrementado notoriamente, así como el precio del agua para las familias más necesitadas, que carecen de aljibes o tanques de almacenamiento y apenas cuentan con cubetas o pequeños depósitos para el almacenamiento.

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