Y dijo adiós. Pero prometió un hasta luego. Con 12 años, Xavi Hernández (Terrassa, España, 1980) llegó a La Masía. Después de 17 temporadas con el primer equipo, 763 partidos y 23 títulos dijo basta. Lo pensó bien y hasta lo dudó. Sin embargo, no había vuelta atrás. El dulce dolor de la despedida comienza su cuenta atrás.
“Llegó el día que nunca pensé que iba a llegar: irme del Barça. Antes de la rueda de prensa estaba súper inquieto y tenso. Ahora, siento que me he quitado un peso de encima”, explicó después de reflexionar en la ducha. Ya había pasado lo peor: había confirmado su adiós: “Es la hora, el momento de marchar, me lo dice el cuerpo y la cabeza”.
En 2014, tras la precipitada caída de España en el último Mundial de Brasil (quedó eliminada en la fase de grupos) y después de la vacía temporada de títulos del Barcelona del Tata Martino, Xavi tenía decidido dejar el Barça.
Lo convencieron para quedarse sus charlas con Luis Enrique y, sobre todo, su idea de que todavía le quedaban trucos en la chistera. Ni que sean fuera del campo, como cuando medió para amortiguar la trifulca entre el técnico asturiano y Messi y así reconducir el camino de un cuadro azulgrana que parecía condenado al fracaso y que ahora aspira al triplete.
Menos minutos
“He acertado en quedarme porque el equipo está a un nivel espectacular y me he sentido útil para el grupo”, confesó el mediocampista blaugrana. Sabía, en cualquier caso, que su recompensa por quedarse no se pagaría con minutos en el césped.
Esta temporada ha jugado 41 partidos (20 como titular). Un total de 2.051 minutos que le alcanzaron para repartir ocho asistencias. “Cuando habláis de un equipo de gala ya no me veis ahí y eso es un hándicap para mí. Pero he trabajado con humildad y he disfrutado los momentos jugados”, reconoció el capitán.
Reveló Xavi que el Barcelona le ofreció una renovación de su contrato hasta 2018, pero la decisión ya estaba tomada. “Necesitamos un cambio de aires tanto yo como mi familia. Tenemos un proyecto ilusionante en Qatar, seguiré jugando en el Al Saad las dos próximas temporadas con opción a una más”, contó Xavi.
La pelota es aire para el 6 y ya comienza a respirar su futuro. “En Qatar podré formarme como futuro entrenador o director deportivo, es el lugar idóneo para seguir ligado al fútbol”, explicó.
A Xavi le restan tres partidos. Y ya sueña con levantar tres copas. La primera, la de la Liga mañanao. Y luego lo esperan el Athletic en la Copa y la Juve en la Champions. “Como colofón a mi despedida sería único irme con el triplete. El guion y el final son inmejorables”, cerró el volante.
Le espera el Camp Nou para homenajearle y pedirle en su amarga despedida un dulce hasta luego.

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