Es común que la relación de pareja se modifique después de la llegada del primer hijo, pues los cambios físicos en el cuerpo de la mujer, que pueden disminuir su autoestima, y las nuevas responsabilidades para cuidar al bebé influyen en las emociones de los nuevos padres.

Silvia Olmedo, doctora en sicología, describe en entrevista cuáles son los principales cambios que se presentan en la vida en pareja después de la maternidad y qué hacer para fortalecer la relación.
La mamá principiante suele preocuparse en extremo por el menor, señala la también autora del libro “Mis sentimientos erróneos”.

Esto, abunda, puede desembocar en madres aprehensivas que en el intento de proteger al bebé no permiten al padre compartir los cuidados, ya que consideran que sólo estará bien con ellas.
Explica que durante el estreno de la paternidad los hombres también están susceptibles en la nueva etapa y, si no se les permite acercarse mucho al hijo, algunos se sienten dejados de lado.

Los celos hacia un tercero, aunque sea un niño, es otra situación que se presenta con frecuencia, sobre todo cuando la esposa sólo piensa en cuidar al menor y resta tiempo a su vida en pareja, menciona la sicoterapeuta.
Por otro lado, muchas mujeres, ejemplifica, dan más importancia a la actitud del marido hacia el bebé que la que prestan cuando se trata de ellas mismas. Es decir, toleran que su cónyuge no note su arreglo personal, pero no perdonan si olvidan algo del hijo. “Una mujer se puede tomar personal que el esposo no le dé importancia a la educación del bebé. Es algo de ‘conmigo lo tolero, pero con mi hijo no'”.

Olmedo, quien es sexóloga también, indica que para evitar estas situaciones, así como posibles peleas y desencuentros, ambos padres deben involucrarse en la crianza del niño o de la niña desde el primer momento, aceptar que los dos tienen responsabilidad y derechos.
Sin embargo, “si toda la atención se va al hijo, te quedas sin relación de pareja. Debes propiciar siempre la comunicación de pareja”, advierte la psicóloga.

Quedé ‘gordita’
Los cambios físicos que presenta el cuerpo de una mujer después del embarazo impactan su autoestima.
Al tardar en recuperarse, la mayoría de ellas rechaza las relaciones íntimas porque están incómodas con su cuerpo, explica la psicoterapeuta Silvia Olmedo.
“No quieren estar con su pareja por no sentirse bonitas, empero, él no te ve gorda como te ves tú. Nosotras somos muy autoexigentes”.
Esto suele afectar más, indica, cuando se es madre primeriza, pero también cuando el periodo entre un hijo y el segundo es bastante prolongado. Considera importante retomar el vínculo afectivo y erótico, ya que varios hombres suelen sentirse rechazados ante la negativa de tener intimidad con ellos. Si no se atiende pronto, esta problemática puede fracturar la relación.

El subir de peso, la aparición de estrías o la cicatriz de la cesárea, son los motivos más comunes por los que una chica se siente incómoda.
Sin embargo, la sexóloga menciona que estos cambios son transitorios, siempre y cuando la nueva madre diseñe un plan para recuperar su figura, como hacer una dieta, supervisada por un experto, que no la afecte a ella ni al bebé.
“Debemos estar en plan de ‘quiero a mi bebé, pero también me quiero a mí misma'”, afirma.
Respecto a las cicatrices, Olmedo resalta que aunque no desaparezcan del todo no deben causar vergüenza, pues tienen un significado especial.
“Es una marca, una cicatriz de guerrera, de vida. No pasa nada si no se borra completamente”.

¿Qué sigue para mí?
Cuidar a un recién nacido es una tarea desgastante, afirma la doctora en psicología.
Los desvelos, la lactancia y el cansancio pueden propiciar sentimientos de incomprensión en la madre.  Sobre todo, resalta, en mujeres demasiado independientes, que trabajan y desean continuar con su carrera profesional.
Las nuevas responsabilidades pueden aterrarlas al hacerles pensar que no hay más para ellas o que su esposo no coopera lo suficiente en un proyecto que les corresponde a los dos.

Pero esta cuestión tiene solución si se dividen las tareas, sin reproches, señala Olmedo.
“Si te sientes muy agotada, puedes decir: ‘cariño, me tengo que levantar a las 4 de la mañana, ¿me ayudas con la lactancia? Me saco yo la leche a las 12 y tú se la das a las 4′”, ejemplifica.

Esto permitirá que ambos continúen con sus proyectos personales, disfruten a su bebé y a ellos mismos.
Aunque el inicio de la vida como padres puede ser difícil, la sexóloga explica que la pareja debe ser consciente de que es un periodo transitorio y encontrarán las herramientas para no morir en el intento.
“Una vez que tengas un hijo, tienes una relación de pareja distinta: puede ser mejor. Pero nunca debes olvidar el vínculo con tu pareja. Crea espacios propios de intimidad y evita que el único proyecto en común sean los hijos”.

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