Don José Méndez Cazares desde hace 15 años ofrece deliciosos ‘camellos’ a la población de la región piedadense.
De lunes a domingo, sin un solo día de descanso y desde temprana hora, don José espera a su clientela en la calle Ixtlán en el barrio “El depósito” de la colonia Vasco de Quiroga.
Un mágico sabor
Sus ‘camellos’ son elaborados a base de carne de res en rico consomé, o si prefieren una orden seca, hay tacos con su respectivo mole, verdurita y la salsa que le otorga el mágico sabor.
Servidos los platillos en órdenes, tacos o camellitos (consomé), las hay para consumir en el lugar, para llevar o para ordenar en eventos sociales.
Afirma Don José que no tiene sucursales y quien imita sus camellos, son piratas, “soy el original señor de los camellos”.
Recuerda -a modo de chascarrillo- que cuando han arreglado la calle en la que ubica su negocio que es de terracería, él les comenta a los obreros que la dejen así, ya que de lo contrario, los camellos se averían las pezuñas.
No puede su clientela permanecer sin una grata sonrisa, ya que Don José hace vivir ese momento plenamente, pues mientras llenan el estomago y calman el hambre, “alegran su corazón con tanta ocurrencia que suele decir”.
Doble joroba para la ‘cruz’
Sonriente afirma que para aquellos que bebieron de más la noche anterior y la resaca los acongoja, tiene la receta mágica de “camellitos con doble joroba”.
Afirma que su clientela es exclusiva, puesto que con frecuencia acuden militares, federales, empresarios, entre muchos otros, que conocen de sabor y que día a día lo recomiendan.
Reconoció que hay clientes que al ver las mantas y pinturas de camellos, no quieren comer porque creen que de verdad se trata de carne de camello, pero ya al probarla, “vuelven porque vuelven”.
El nombre de los camellos afirma, se le ocurrió por la obra musical de José el Soñador, y para quienes no la conocen, simplemente fue un hombre fiel a su Dios y de entrega a su trabajo.
Para terminar y a manera de invitación Don José pidió a la población en general a no temerle al desierto: “Vengan, estoy justo frente al depósito, no tengan miedo de cruzarlo, con gusto los atenderá mi mesero Chuy, quien es más conocido que los mismos camellos”.

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