El arte en León no es para todos y las personas difícilmente podrán disfrutar, crear o comercializar con el arte en la Capital del Calzado a menos de que tengan suficiente dinero.
Este fue el diagnóstico del maestro de Negocios y Artes de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC), Neif Moreno, quien aseguró que el acceso al arte es un privilegio de unos cuantos.
“Actualmente en León se tiene un arte utilitario, elitista, solo accesible, o la mayor parte, para personas en clases acomodadas; esto es a causa del neoliberalismo, ha desaparecido el estado de bienestar para el apoyo y difusión del arte”, dijo.
Explicó en entrevista que anteriormente los países financiaban arte con fines de identidad, pero ahora lo hacen para promocionar a figuras políticas o corporativas.
“Las grandes corrientes artísticas han emergido por nacimientos culturales en épocas mundiales, donde la ley del Estado nunca ha sido completamente incluyente, pero existían algunos países que lograban apoyar a las corrientes con fines de identidad, ahora son grandes potencias mundiales”, comentó.
“Pero ahorita el Estado Mexicano está prácticamente vendido, no hay nada qué legitimar, estamos en un mundo donde la mayor parte del arte se ha convertido en cliché apuntando a ver quién vende más”, agregó el maestro.
Es por eso que los negocios artísticos de los jóvenes generalmente no resultan redituables, ya que van dirigidos a la apreciación de un pequeño sector de la población (el más acaudalado).
Sin embargo, si se lograra una inclusión de las clases bajas al arte, partiendo de la educación, el experto aseguró que existen posibilidades de éxito financiero para las nuevas generaciones que quieran dedicarse a cualquier tipo de expresión artística.
“Vas a tener una posición económica desahogada o tus proyectos van a tener una vinculación seria, siempre y cuando se incluyan a las personas de los sectores más pobres, el problema es que el tema artístico gravita en muy poca gente, muy pocos tienen acceso; el chiste es abrir las puertas a la mayor cantidad de personas posibles y llevar el arte a ese nivel”, recomendó.
De igual forma exhortó a las nuevas generaciones incluirse dentro de las problemáticas del tejido social e ir en la búsqueda de un arte contestatario.
“El artista tiene que entrarle al quite, es una voz importante y necesaria, pero no puede ser una voz pasiva, eso está bien si quieres colgar un cuadro gris en el hotel o en el baño, pero cuando tienes sangre en las venas, tienes que tomar postura”.
“Ése es el tema, no puedes desvincularte, no puedes fingir que no pasa nada cuando se está desquebrajando el modelo occidental que tenemos, y ahí es donde debemos ser más incluyentes, debemos ser más humanos”, aseveró Moreno.
A grandes rasgos, el maestro apuesta por un “arte humano” de inclusión para las futuras generaciones.
Busca apoyos de empresas
El maestro Neif Moreno recomendó a los jóvenes que quieren incursionar en el negocio del arte buscar apoyos de empresas a través de la Secretaría de Hacienda.
“Hay muchísimos apoyos, por parte del Gobierno a través de la Secretaría de Hacienda se pueden hacer arreglos interesantísimos; uno de tantos y que es muy exitoso es a través de la deducción de impuestos. Si vas con un empresario para hacer varios proyectos artísticos, yo como asociación artística, necesito estar dado de alta en Hacienda; entonces si inviertes en mi proyecto deduces impuestos”, explicó.
“Necesitamos conocer todas las ventajas que tienen los empresarios si nos llegan a apoyar; necesitamos ser muchísimo más incluyentes, eso es lo que he notado aquí en León, la gente por lo general es muy racista y muy clasista, y eso es un problema, no te vas a hacer rico de los ricos”, finalizó.
Lo despojan de proyecto
Rodrigo Medrano, estudiante de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC), relató su experiencia como artista y la apropiación de su proyecto por las instancias gubernamentales.
“El proyecto que desarrollé fue una especie de coproducción entre la UAM y el DIF, la cosa era hacer un juguete educativo; el DIF quería que el proyecto quedara en sus manos y la UAM quería lo mismo, pero a los creadores, no se les dio el crédito, todo el desarrollo y el volumen lo hicimos nosotros”, contó.
Para Medrano lo peor fue que no solo no recibió crédito por su trabajo artístico, sino que el proyecto quedó en manos del mismo sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
“Nuestro trabajo no se valoró, al final el proyecto se quedó en manos del DIF porque la persona que coordinaba era trabajadora de la universidad y del DIF al mismo tiempo”, finalizó.
‘El arte no es buen negocio’
Algunas personas que han dedicado gran parte de su vida a la creación artística aseguran que los negocios y el arte no son una buena combinación.
Juan Carlos González Quintana tiene 16 años dedicándose a la pintura; vive en una pequeña casa ubicada sobre la calle Donato Guerra, en la Zona Centro, misma que convirtió en su centro de negocios.
“Yo aquí vivo y también es mi negocio, me dedico a la pintura pero el arte no es negocio, actualmente se está automatizando el proceso de arte, hay mucha litografía, la gente puede fácilmente sacar fotos y enmarcarlas para tener retratos, paisajes o decoraciones”, lamentó.
El artista logra producir en una semana una pintura, misma que ofrece entre mil 500 y dos mil pesos, aunque no siempre logra la venta.
En caso de vender todas sus obras, logra un ingreso promedio de ocho mil pesos menos los gastos en materiales para la producción.
“No considero a la pintura un buen negocio, por ejemplo, en un cuadro de más de un metro de largo por 1.20 de ancho me tardo una semana en pintarlo, lo puedo dar máximo en mil 500, me lo pagan después de unos tres días, pero ya llegó el recibo del teléfono, hay que pagar la renta, el agua y otros gastos, es mucho trabajo y no está bien valorado”, dijo.
Debido a que pocos están familiarizados con la apreciación del arte, Juan Carlos reduce a su clientela a unos cuantos y a falta de compradores las posibilidades de venta se reducen, por lo que piensa migrar a otro país en busca de mejores oportunidades de trabajo.