El Congreso de Estados Unidos aprobó una ley que impone límites al espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), la agencia de espionaje electrónico.
La reforma, adoptada tras dos días de drama parlamentario, recorta, por primera vez desde los atentados 2001, a los poderes de la agencia para controlar las comunicaciones electrónicas de los estadounidenses.
El Senado ratificó la versión de la ley adoptada previamente por la Cámara de Representantes con 67 votos a favor y 32 en contra.
La adopción de la nueva ley también permite a las autoridades de Estados Unidos reiniciar un programa de recopilación de datos telefónicos que quedó en suspenso en la madrugada del lunes.
Una vez aprobada por el Senado y la Cámara de Representantes, el presidente Barack Obama firmó anoche la ley.
Obama era partidario de una reforma que, por primera vez en la última década y media, intenta poner riendas a los poderes expansivos de la agencia de espionaje electrónico.
La USA Freedom Act, o Ley de la Libertad de Estados Unidos, busca un término medio entre los defensores de un espionaje opaco y con límites escasos, y los detractores absolutos del espionaje electrónico.
El debate sobre la reforma de la NSA enfrenta a los partidarios de privilegiar la seguridad en la lucha contra los terroristas, y los defensores de las libertades civiles. Es un debate que se inició tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, en los que murieron cerca de 3 mil personas y que evidenciaron la falta de atención coordinación de las agencias de espionaje estadounidenses.
Pero en aquel momento, con una sensación de amenaza compartida por toda la sociedad estadounidense, pocos cuestionaba la necesidad de reforzar los poderes de las agencias de espionaje, aunque el precio fuera el riesgo de ver laminadas las libertades civiles.
Han pasado casi 14 años y las percepciones han cambiado.
El 11-S queda lejos, Osama Bin Laden, cerebro de los atentados, está muerto y Estados Unidos intenta dejar atrás las guerras que comenzó después de los ataques.
Pierde NSA capacidad
Un elemento esencial de la ley es que retira a la NSA la capacidad de almacenar los datos sobre las llamadas telefónicas de millones de estadounidenses.
Durante seis meses el Gobierno no podrá recolectar datos de llamadas telefónicas en masa
Coloca esta información en manos de las compañías telefónicas.
El gobierno podrá revisarlos, al igual que los espías si presenta una orden judicial para ello.