Para la familia Figueroa, el realizar arte sacro, no es un trabajo, aseguran que se debe amar la profesión para que cada pieza realizada tenga una razón de ser.
Únicos en Salamanca, comenta Luciano Figueroa Flores restaurador y escultor de arte “Sacro” y padre de Iván William y Ali Johann Figueroa, que estos trabajos religiosos tienen llevándolos a cabo por generaciones, considerándolo el negocio familiar que los ha sacado adelante.
“Yo inicié ayudándole a mi papá desde los 6 años, ahorita tengo más de 50 años realizando esto, ahora mis hijos me ayudan. Siempre me gusto hacer esto, me apasiona, me gusta hacerlo, yo no lo considero un trabajo” refirió Luciano.
Trabajos de restauración como el Cristo Negro del Señor del Hospital, refiere Don Luciano, que la primera vez que lo restauraron, él tenía diez años, y hasta hace poco realizo 3 réplicas del mismo. También han realizado trabajos para los estados de Aguascalientes, Chihuahua, Guadalajara, Morelia, e inclusive a nivel internacional han llevado trabajo sacro como países como Chile y Estados Unidos.
Refiere que dependiendo del tamaño de la imagen varia el precio, existiendo trabajos que van desde los 7 mil pesos, hasta más de 40 mil pesos.
Arte sacro: Una tradición
Para la familia Figueroa, el realizar arte sacro, no es un trabajo, aseguran que se debe amar la profesión para que cada pieza realizada tenga una raz