Presente en gastronomías de todo el mundo, la carne de cerdo es la favorita de muchos independientemente de su valor nutrimental. Aquí una selección de sus derivados que pocos pueden resistir.
Fuentes: Larousse Gastronomique en español y Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana.
Tocino
De la panceta del cerdo, cuyos músculos están separados por capas de grasa. Fresco, ahumado o salado, se consume frito, horneado o en estofados.
4.1 Cucharadas de grasa por cada 100 gramos de producto.
Salami
De origen italiano. Salchichón curado hecho con carne picada y grasa. Puede aromatizarse con vino, especias y hierbas. Se sirve rebanado como entremés.
2 Cucharadas de grasa por cada 100 gramos de producto.
Jamón ibérico
Muslo del cerdo ibérico curado con sal y madurado durante meses en condiciones especiales. Se consume solo o en tapas, ensaladas y sándwiches.
2.5 Cucharadas de grasa por cada 100 gramos de producto.
Carnitas
De origen michoacano, los trozos de carne de cerdo se fríen en manteca. Se consumen en tacos con salsa, cebolla y cilantro.
1.5 Cucharadas de grasa por cada 100 gramos de producto.
Chicharrón
Es la piel del cerdo, oreada y frita en manteca. De textura ligera y crujiente, se consume en tacos o se agrega a frijoles, guisos y salsas.
3 Cucharadas de grasa por cada 100 gramos de producto.