Un escapulario, un padrino, la fiesta y toda la familia unida, así se vive la fiesta a la Virgen del Carmen en la colonia en su honor, en el municipio de Purísima, donde desde el jueves pasado le vienen celebrando.
Su novenario comenzó el 10 de julio, pero este año la fiesta es en grande, porque terminan los tres años del comité de festejos en turno y ayer quisieron lanzar la casa por la ventana.
A diferencia de otros años ampliaron la celebración, no es sólo el bulevar Francisco I. Madero donde se dispuso la vendimia, se amplió al bulevar Adolfo López Mateos (ya el año pasado empezaron a colocarse algunos puestos en este lugar, pero esta semana fue por completo).
Mientras los comerciantes hacían lo propio, la Virgen del Carmen es festejada en el templo con la suficientes flores, y los padres de familia sobre todo, buscando para sus hijos un padrino o madrina, para quien le compre y regale un escapulario a su pequeño.
¿Qué esperan con el escapulario?, por un lado agradecerle a la Virgen, e igualmente otorgar para sus hijos participar de todos los méritos y oraciones de la orden de los carmelitas y en caso de muerte, verse pronto libres del Purgatorio, si hubieran sido fieles en observar las condiciones impuestas para su uso. Es así la tradición religiosa que aún se mantiene.
Los años que tenga la colonia del Carmen, así se ha festejado siempre, y seguirá, dicen Juan de la Cruz, ministro de la iglesia, y su esposa Rosa Torres, quien apoya en lo que se necesita, y quien por cierto, año con año es una de las que instala un puesto de comida para tacos, pozole y pambazos, pero este año no lo hizo así, convivió con su familia para invitar a familiares a reunirse en torno a la fiesta, igual que hacen la mayor parte de las familias, pues organizan una comida especial en torno a la festividad de la Virgen del Carmen.

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