“Tú preocúpate por defender el escudo que viene al frente de la playera, si lo haces, la afición se dará a la tarea de recordar al apellido que viene detrás”, esa frase se le dice a cada jugador que llega al León.
El jersey de un equipo es más que la vestimenta. Representa la identidad, la historia y la vida de un equipo. Representa los títulos y a quienes han pisado la cancha defendiendo los colores. La playera esmeralda a tenido decenas de ediciones.
Desde la primera, que surgió en Agosto de 1944, hasta la última del apertura 14 y clausura 2015, la afición sólo ha pedido una cosa: identidad.
Desde que el equipo se fundó en 1944, se quiso que además de ser el representativo de la ciudad, el conjunto esmeralda pudiera trascender. Es por eso que con cada jersey, se ha querido marcar épocas importantes de los verdiblancos.
Así fue la evolución…
El primer jersey esmeralda fue algo fuera de lo tradicional: era una camisa con botones, pero eso sí, del color esmeralda que los representa. Jugadores como Costa, Battaglía, Arenaza, Septién y Buzzo, se dieron a la tarea de portar con orgullo el primer uniforme del club. Estaban bajo el mando de Casullo.
La época Garcís es considerada como una de las mejores: En los ochentas y noventas, esta marca hizo que las playeras del León colmaran a la nación. Eran amadas por los aficionados, pues a pesar de tener a los respectivos patrocinadores, eran muy aceptadas por considerar que guardaban la esencia del equipo.
Por si usted lo duda, el equipo también tuvo dos jerseys de la marca internacional Adidas. Muy limpias al frente, y con vivos en blanco, ambas, pues sólo fueron dos y en temporadas de los ochentas.
Para el primer descenso del equipo, el uniforme no contaba con escudo, y era un uniforme blanco de lineas verdes. Fue la temporada 86-87 y “Tarzán” Davino era el jugador más icónico.
En la época dorada del equipo, donde Víctor Manuel Vucetich era el director técnico y Milton Queiroz “Tita” era el ídolo, la marca “pony” fue la encargada del jersey. Es hoy una de las consentidas de los aficionados al considerarla “la más bonita” de todas, con ella fue alcanzado el campeonato 91-92.
La kappa del año 2003, es también una de las preferidas de los esmeraldas, aunque marca una época dolorosa a pesar de ser una verde histórica, pues fue la primera en liga de ascenso.
Para el ascenso en Mayo del 2012 y el bicampeonato en el año 2013, PIRMA la marca oriunda de San Francisco del Rincón se encargó de hacer la vestimenta, y aunque la del ascenso es la más aceptada, no es bien vista entre los aficionados. Ninguna ha sido la favorita a excepción de la que se usó en la libertadores en el año 2014. Siempre se ha cuestionado la calidad más que los diseños.
La afición concuerda en algo: “No nos gusta que se tapice de logos de las marcas. Creemos que es una manera de quitarle respeto a la playera”, dicen miembros de Los de Arriba.
Así opina la afición…
“En México se han distorsionado los colores, lo tradicional no quiere decir que sea antiguo, hay que estar a la vanguardia. A mi me gustaría que se mantuviera la verde esmeralda y la blanca, porque son nuestros colores. La rosa no me gusta mucho, pero se debe reflejar la grandeza en la playera. A mi no me gusta la mercadotecnia en los shorts ni en el jersey, a mi me desagrada la publicidad. El color es lo más importante para mi”, dijo Lupillo Castañeda, ex jugador esmeralda.
“Creo que lo importante es que no se pierda la identidad, lo correcto es que se pueda ver limpia, porque no me gusta la saturación de logos”, Bardo Fierros.

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