Carreteras que deben ser del orden de la atención estatal, siguen sin control sobre todo en el transporte pesado, en los que llevan desechos, como el transporte de ciudadanos, no falta encontrarse con la falta al reglamento de Tránsito en toda carretera de conexión.
En la carretera que va del Maguey a la comunidad de San Cristóbal y hasta León incluso, circulan tolvas para el abasto de tepetate, arena y grava sin las mayores condiciones de seguridad, no traen reflejantes, ni luces y mucho menos focos.
Camiones suburbanos para traslado a comunidades o de comunicación entre San Francisco y Purísima tampoco cuentan con las luces traseras, no presentan direccionales y hacen paradas cada que se les antoja poniendo en riesgo la vida de  los pasajeros.
Las camionetas en las que se suele transportar el desecho de material del calzado a los tiraderos, en este caso al de San Francisco, le colocan unas medias lonas encima, ya roidas por el sol o desgastadas, pero a los costados revientan y se van cayendo o quedando pedazos en el camino de todos los desperdicios industriales que transportan.
Y así se van llenando las carreteras de responsabilidad estatal, de la falta de quien sancione a todos aquellos que ponen en riesgo la vida de terceros, no es solamente el que excede los límites de velocidad, sino los que tampoco están contribuyendo a hacerse visibles e identificables a corta o larga distancia para evitar accidentes.

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