Que la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) cierre las granjas y centros de atención y anexos para adictos a las drogas es una acción ante la falta de capacidad para regularlos, manifestaron directores de estos centros.
Manuel Mondragón y Kalb, titular de la Conadic, anunció hace unos días el cierre de estos centros para emplear una nueva estrategia a través de una red de centros formales que atienda directamente el Gobierno Federal.
“Me imagino que será un caos total, ellos (autoridades) no se enfocan en un 100% a los centros ilegales, pues si se enfocaran sabrían lo que se maneja y cómo benefician los centros o anexos que sí estamos regulados”, manifestó Eduardo Barrón Carrillo, encargado del anexo “Sálvese el que quiera”.
No negó que existen centros clandestinos, en los que incluso las personas continúan consumiendo drogas, pero insistió en que no en todos ocurre, por lo que no deben ser clausurados.
“Tenemos hasta servicios médicos, todo es adecuado y eso lo revisan las autoridades; entregamos las tres comidas diarias, baños limpios, agua caliente y si a lo mejor en otros anexos existe irresponsabilidad, hay violaciones a sus derechos. Pero te repito que eso aquí no pasa y no tenemos por qué pagar los platos rotos”, dijo.
Barrón informó que ocasionalmente reciben recursos públicos que son aplicados en remodelación del inmueble, fortalecimiento de la seguridad o instalación de lugares recreativos o talleres para los anexados.
En la mayoría de los centros de atención y anexos utilizan el modelo de “los 12 pasos” para la rehabilitación de los adictos, que incluye escuchar la experiencia de otras personas que también atravesaron por una adicción.
Víctor Labastida, representante del centro de rehabilitación La Búsqueda II, confía en que solo serán cerrados los centros de rehabilitación clandestinos y no este tipo de centros de ayuda, porque tiene 31 años funcionando a nivel nacional y cumpliendo con todos los lineamientos.
“Desde que nació esta asociación la prioridad ha sido dar un trato digno a la gente, creo que no todos los centros trabajan mal, puedo decir que hay centros que sí dignifican a la persona, que tratan de que conscienticen esta enfermedad que no es nada fácil”, dijo.
Respetarán a centros que cumplan la norma
La Directora de Salud Mental del Estado, Rosa Elda Villalobos Ugalde, informó que los centros que cumplan con la norma 028 no serán cerrados.
“El que nuestro comisionado nacional (Carlos Mondragón) hable de un cierre, quien cumpla con la norma 028 no se va a cerrar porque forman parte de nuestra red estatal”, informó.
Añadió que de dicha red forman parte 90 centros de ayuda mutua (tratamiento residencial), 17 de tratamiento ambulatorio básico (que no se quedan a dormir), y 12 reconocidos por el Conadic (Nueva Vida).
La funcionaria garantizó que en Guanajuato están regulados todos los centros de rehabilitación para personas con alguna adicción.
“Guanajuato tiene un avance muy importante, los tiene muy regulados; quizá habrá establecimientos que no estén registrados, que se encuentren de manera clandestina, por lo que invitamos a la ciudadanía a que los reporte ante la Dirección de Protección Contra Riesgos Sanitarios”, exhortó.
“En este momento no tengo un dato específico, estamos vigilando de manera preventiva que no se cometa o se vulneren los derechos de los pacientes adictos”, aseveró.
Por último, informó que aún no hay una fecha precisa en la que entrará en funcionamiento el Centro de Atención Integral a la Adicciones, ubicado en el camino a la comunidad de San Pedro del Monte, en León.
“En breve estaremos aperturando para la entrar en operación, va a ser un centro que maneja un tratamiento ambulatorio intensivo, que estará operando bajo un modelo donde no habrá dormitorios ni internamiento; hablamos de una clínica de día, el usuario podrá permanecer para contener el consumo hasta siete horas”, dijo.
Sugiere tratamientos cortos
El ex secretario de Salud federal y miembro honorífico de la Junta de Gobierno de los Centros de Integración Juvenil (CIJ), José Ángel Córdova Villalobos, sugirió que el tratamiento de los pacientes adictos tiene que ser corto y no permanente.
“Es muy impactante la participación de las familias, hay muchos centros que son ambulatorios, donde el paciente va con su familia, platica junto con el médico y sicólogo para poder investigar cuál es la causal”, comentó.
El ex funcionario destacó que los adictos que son abandonados en los centros de tratamiento no se recuperan porque no tienen la posibilidad de una reinserción social adecuada.
Cuestiona capacidad del Gobierno Federal
El ex secretario de Salud estatal y diputado local electo, Éctor Jaime Ramírez Barba, manifestó que duda que el Gobierno Federal tenga capacidad para asumir la responsabilidad de una red de centros de rehabilitación.
“Me parece que el Estado mexicano no tiene la capacidad en el tema de que las adicciones; es un estado de salud mental y esto en el mundo está con un déficit muy importante en su promoción, en su prevención y su atención”, finalizó.
Atorannueva clínica
Mientras las autoridades de Salud tienen proyectado desparecer los centros de rehabilitación para drogadictos, que se han convertido en verdaderas prisiones para muchos internos, el Centro de Atención Integral a la Adicciones, sigue con las puertas cerradas en espera de ser inaugurado.
Dicha clínica se ubica en la carretera León-San Pedro del Monte, adelante del Seminario Conciliar de León, y personal de la Secretaría de Salud informó que ya está equipado y que solo se esperan fecha para ponerlo a funcionar.
Quienes requieren atención están siendo canalizadas a otros centros de atención en León.
Arturo Durán Miranda, secretario de Obra Pública del Estado, dijo que el inmueble ya fue entregado a la Secretaría de Salud para su equipamiento.
En la última etapa se tuvo una inversión de 1.8 millones de pesos para su conclusión.
Esta clínica tiene ya un retraso de tres años. Las obras se iniciaron en la Administración del ex gobernador Juan Manuel Oliva Ramírez y, de acuerdo al proyecto inicial, sería inaugurado en 2012.
Personal de vigilancia en dicho centro señaló que ya hay movimiento pero que aún no está en operación.
El edificio ya tiene los logotipos del Gobierno del Estado y ultiman detalles, sin embargo en las inmediaciones se observan descuidos, como hierba crecida y basura.
Según información de la relación de obra pública contratada del 1 de enero al 31 de diciembre de 2011, de la Secretaría de Obra Pública del Estado, la tercera etapa de la construcción del Centro de Desintoxicación debió estar terminada el 29 de junio de 2012.
TESTIMONIOS
Pros y contras
‘Es un calvario estar ahí’
Paco es un joven papá de 32 años que ha caído en repetidas ocasiones en los anexos a causa del alcoholismo. Revela que lejos de ser centros de rehabilitación son lugares de castigo.
Uno de esos anexos se localiza en el barrio del Coecillo, por el rumbo del bulevar Vicente Valtierra.
“Te tienen encerrado las 24 horas, es como una prisión. Te cobran 150 pesos por semana y sí ten dan terapia, pero la verdad que es un calvario estar ahí”, dijo.
Reveló que viven hacinados. En dos pequeños cuartos duermen hasta 40 personas en 20 pequeñas camas individuales.
“Dormimos dos en una misma cama. Están llenas de chinches, por eso muchos prefieren dormir en el suelo. Hay dos baños y temprano hay que bañarse con agua fría. Una persona puede estar hasta dos o tres meses en recuperación”, explicó.
El anexo tiene permiso de la Secretaría de Salubridad y periódicamente hacen inspecciones. Pero las autoridades solo hacen recomendaciones para disminuir el número de internos.
“Lo que no ven es que hay ocasiones en que se tiene que amarrar a los compañeros que vienen en crisis. Se han dado casos de fallecimientos por suicidio; el problema de las drogas es real”, aseguró Paco.
Cada día es mayor el número de jovencitos que ingresan a los centros de rehabilitación contra las adicciones en el municipio y el estado.
‘¿A dónde nos vamos a ir?’
Cuatro hombres viven en una casa donde antes habitaban 18. No tienen a dónde ir, comen de lo que comerciantes de los mercados República y del Coecillo les regalan, inclusive las sobras; pero ahora andan muy limpios con ropa que los leoneses donan.
Dos de ellos son alcohólicos (uno es de la tercera edad), otro más es un joven que tiene ahora graves problemas motrices por su adicción al agua de celaste y el último es indigente con problemas mentales. Los cuatro se acompañan en la travesía pero José Luis, su líder, ahora tiene una preocupación que le quita el sueño.
Aunque se podría pensar que su apuro es conseguir comida, realmente es la nueva decisión del Gobierno Federal.
De no contar con la certificación federal que expide el Centro Nacional para la Prevención y el Control de las Adicciones (Cenadic) los anexos de esta ciudad, incluido “Puerta de Vida” (donde ellos viven), tendrán que cerrar sus puertas definitivamente.
“Esto no es cualquier cosa; no tenemos a dónde ir y no sabemos quién pueda echarnos la mano. En los asilos cobran, es un hecho. Si soltamos a este chavo va a regresar al vicio, el otro no puede volver a las calles y yo tengo a toda mi gente en Tijuana, estaremos desprotegidos”, aseguró José Luis.
Su realidad es cruda. Viven de donaciones, hay padrinos que los visitan tres veces a la semana y solo hora y media, pues la Secretaría de Salud les clausuró parte de lo que antes era el anexo por no cumplir con los requerimientos necesarios.
“Si cierran va a ser nuestro fin, no tenemos a dónde ir. No sabíamos nada de esto, aunque lo sospechamos porque es obvio que algo traman; no en balde vinieron y tuvimos que sacar a todos los demás. La diferencia es que ellos sí tienen familia, sí tienen hogar, sí tienen a dónde ir pero nosotros no”, concluyó.
Defienden ayuda de anexos
Rafa y Nano tienen gran parte de su vida marcada por las drogas.
Ambos se reafirmaron a una vida lúcida en uno de los anexos que no tiene permiso de uso de suelo en León.
Nano tiene 48 años y su adicción inició a los 20 años, cuando el mundo nocturno lo envolvió en el alcohol y la marihuana.
“En ese entonces me casé pero todo fue muy rápido, yo era inmaduro y nos separamos; ahí entré por primera vez al anexo por dos meses, teníamos una niña de dos años a quien cuidaba mi familia”, explicó Nano.
Hoy recuerda con tristeza la muerte de su hija a los cinco años, cuando enfermó de leucemia y él recayó en las drogas.
El hombre tiene ocho años de no probar una gota de alcohol y de las drogas no sabe nada; su vida es trabajar en un restaurante y tratar de enmendar los errores que cometió con su familia.
Junto con él, Rafael estuvo anexado en “El Rey de Reyes”, una casa de rehabilitación para adictos ubicada en el barrio del Coecillo que funciona como estancia de recuperación.
Ésta fue fundada hace 15 años por Armando Soto, quien es padrino de todos y responsable legal del centro. Él espera que la situación de otros anexos se regularice pronto.
“Lo que hace falta es mayor accesibilidad para regularizar, sino imagínate que cierran los 85 que hay en la ciudad y a dónde van ir a parar todos esos jóvenes, la delincuencia repuntaría”, dijo Soto, quien también hace labor social como presidente de la mesa directiva de dicho anexo.
Él, como los otros padrinos, se rehabilitó con el programa de Alcohólicos Anónimos, que hoy en día es guía de los centros de rehabilitación en León.
Rafa también tiene una historia que se forjó en el “Rey de Reyes”.
A los 12 años empezó su camino en los solventes y las drogas, como piedra y marihuana; sus papas vivían separados y toda una vida se la pasó “en el avión”.
“Llegó un momento en sólo robaba para mi droga, mi mamá estaba harta de que los vecinos le fueran a reclamar porque me metía a sus casas”, narró Rafa, quien lleva 11 años de lucidez, tiene su propio negocio y busca una novia para casarse.
La mayoría de los internos en los anexos tienen entre 16 y 28 años, pero hay lugares donde tratan a niños en situación de drogas como “La Búsqueda”.
Pero hoy algunos de estos lugares donde se internan adictos están en peligro de cerrar.
En promedio cada centro atiende entre 40 y 50 personas, algunos apoyados por familiares de los internos (según sus posibilidades económicas) y otros a quienes se les cobra cuota fija.
AM contactó a varios ex internos y todos aseguraron que la cuota no es obligatoria y que se adapta a la solvencia de cada persona.
Dijeron que al parecer la principal razón por la que autoridades sanitarias buscan cerrar estos lugares es por la falta de higiene y salubridad.
Niegan cerrar casa de rehabilitación
Personal de la casa de rehabilitación para adictos “Primer Legado”, ubicada en la colonia Casa Blanca asegura que no dejarán en la calle a los 57 jóvenes que atienden actualmente, pues este anexo es su única esperanza de vida.
Y es que el Centro Nacional para la Prevención y el Control de las Adicciones (Cenadic) anunció el cierre de las llamadas granjas o anexos para drogadictos con el objetivo de tener un control centralizado del Gobierno Federal.
Personal del centro aseguró que no estaban enterados que la medida fuera tan radical, pues lo sabían como un simple rumor; sin embargo, no tienen pensado cerrar sus puertas.
“Aquí los chavos llegan muertos y se van vivos”, dijo Juan Lira, empleado.
“Existen varios tipos de centros de rehabilitación, tradicionales y de media hora, es la misma enfermedad, pero cada persona tiene una forma de rehabilitarse”, comentó.
Para ingresar a este anexo se piden 750 pesos, más 150 pesos semanales por techo, comida y terapias sicológicas.
“Los rumores no nos han afectado, pues ni los familiares han preguntado acerca del supuesto rumor, porque saben cómo trabajamos en buenas condiciones con sus muchachos”, finalizó.
Pide ‘Tota’ Carbajal proteger a adictos
Sin importar que el Gobierno Federal intervenga en los anexos para adictos, Antonio “La Tota” Carbajal, aseguró que lo principal a cuidar es el bienestar de los internos.
“Lo más conveniente para los adictos es tener un buen lugar donde se les atienda, hay ciertas situaciones con ellos y lo mejor que se debe hacer es pensar siempre en su beneficio”, dijo.
“Don Tota”, como le conoce el grupo de niños drogadictos a los que entrena en el anexo “La Búsqueda”, comentó que en esos lugares se les trata de la mejor manera, por lo que la intervención del Gobierno Federal podría traer conflicto.
“En los anexos se expone el caso y si se acepta lo hacen por tres meses, después de ese tiempo si el adicto quiere se queda más tiempo, no se cobra un solo centavo y se les da pláticas de motivación. La gente que está al frente tiene experiencia en el trato con ellos. Lo más importante es la limpieza espiritual y física y allí se les instruye”, aseveró el ex futbolista.
Podría ser que miles de adictos que se resguardan en estos centros queden en vulnerabilidad debido a que Manuel Mondragón, titular de la Comisión Nacional Contra la Adicciones, anunció el cierre de los anexos para formar una red de centros de rehabilitación con criterios médicos e infraestructura adecuada con apoyo de instituciones públicas y privadas.