Basta con pasar unas horas en Eastern Townships para sentirse como en un cuento de hadas.
Con sus pintorescas casas, imponentes iglesias, bosques que invitan a perderse y lagos (con su propio monstruo incluido) resulta imposible no sentirse en una historia de los hermanos Grimm o de Hans Christian Andersen.
En esta zona, a 80 kilómetros al sureste de Montreal, hay alrededor de 120 villas. De esas en las que no hay más de dos avenidas principales, todos los vecinos se conocen y la mayoría de las casas, construidas con madera, cuentan con granero propio.
En cada rincón se respira tranquilidad, pero pocos extranjeros han escuchado hablar de Eastern Townships, en francés, Cantons de l’Est.
Podría pensarse que los residentes quieren sólo para ellos este oasis de serenidad, pero la realidad es que desde hace más de una década, se esfuerzan por dar la más cálida bienvenida a los viajeros que quieran dejarse envolver en la vida campirana.
En toda conversación, uno puede percatarse fácilmente que son excelentes anfitriones, y que gozan enormemente al hospedar o guiar a cualquiera que tenga una nacionalidad diferente a la suya.
Sus acogedores hoteles tipo bed & breakfast o chalet, su ruta del vino, que satisface a cualquier sommelier y sus restaurantes, que presumen platillos preparados con productos locales, han alcanzado para que sea una de las regiones favoritas de los quebequenses para vacacionar en cualquier época del año, o simplemente para olvidarse de la vida citadina durante un fin de semana.
Es muy sencillo llegar. Sólo hay que conducir hacia el este y tomar la Autopista 10; entonces una historia increíble comienza…
Poco a poco, las grandes edificaciones desaparecen, en su lugar surgen decenas de árboles como custodios de un solo camino.
Los atardeceres son envidiables, en especial cuando se maneja hacia Sherbrooke, la villa principal y más extensa de Eastern Townships: grandes lagos que brillan con el sol.
Y ojo, si en el camino se cruza el Lago Memphrémagog, entonces hay que buscar en la profundidad de sus aguas a Memphré, el primo del monstruo del Lago Ness.
Muchos habitantes dirán que sí han visto a esta especie de dragón acuático; otros, que es una invención. Tienen razón, aquí todo parece una bella fantasía, como si hubiera sido sacada de un libro. Y está lista para ser descubierta.
Elixir de hielo

En Eastern Townships hasta del crudo invierno se crea magia, o por lo menos eso parece cuando los locales presumen el vino de hielo (ice wine).
Para elaborarlo se sigue casi el mismo proceso que con cualquier otro tipo de vino, pero con la diferencia que se dejan las uvas congelar por la nieve durante algunos días, lo que ocasiona que se concentren los azúcares de la fruta.
Es un vino sumamente dulce. Casi sabe a miel aunque no llega a empalagar; pero misteriosamente resulta un reto no rellenar la copa una vez más.
La gente de la zona recomienda acompañar este tipo de vino con quesos, como el gorgonzola o el roquefort, que se caracterizan por sus fuertes sabores que se equilibran con lo dulce de la bebida.
Entre los primeros viñedos que produjeron vino de hielo en la zona se cuenta L’Orpailleur, ubicado en la villa de Dunham. Se ofrecen diversos recorridos para conocer sus campos y bodegas.
Este viñedo, junto con otros 16, pertenecen a la Ruta del Vino de Eastern Townships, la cual desde hace poco más de dos años invita a los campos de vid que se encuentran repartidos en siete villas de la zona y que destacan por tener recorridos o instalaciones en las que se pueden recibir turistas.
Con aroma a manzana

Para la madrastra de Blanca Nieves, Eastern Townships sería uno de sus lugares favoritos porque, no importa en qué dirección se vaya, siempre habrá manzanas.
En casi todos los hogares hay un árbol de esta fruta, además de que abundan plantaciones de manzanos.
La más famosa es la de Domaine Pinnacle, productores de sidras, la cual se ubica en la villa de Frelighsburg, a 15 minutos de L’Orpailleur.
Por las tardes es común encontrarse con Stephane Lochame, un agricultor de la plantación. Él conoce la importancia de su trabajo, pues las sidras que aquí se producen serán exportadas a diversas partes del mundo.
En medio de este campo resalta una casita de madera; es la boutique en la que pueden adquirirse todos los productos de Domaine Pinnacle. No hay que perder la oportunidad de probar la sidra de hielo (ice cider) y por qué no hasta comprar un par para llevar a casa.
Todo un personaje

“Deben conocerlo, no pararán de reír cuando conversen con él, es simpatiquísimo”. “Para nada es uno de esos religiosos aburridos, adora la música”. Éstas son algunas de las frases que se escuchan sobre el monje Dominique Minier.
Viste como cualquier integrante de la orden de los benedictinos, con un sencillo hábito.
Está a cargo de la Abadía de Saint-Benoît-du-Lac que, por su extensión es un villa en sí misma, se encuentra ubicada a una hora de Domaine Pinnacle y a dos horas y media de Montreal.
Minier funge como la cabeza de esta congregación, pero sus muchas responsabilidades no afectan para nada su buen humor.
“Aquí, en el monasterio, viven más de 40 monjes. Cada semana hago una fila y me pongo a contarlos, uno por uno, no vaya a ser que se me pierdan y luego cómo los sustituyo”, cuenta el monje entre risas.
Pero los monjes de aquí no sólo se dedican a rezar, elaboran quesos, mermeladas, sidras y rosarios. Además, tienen dos casas de huéspedes, una para mujeres y otra para hombres, cada una con una capacidad para cerca de 20 personas.
“Y ya veremos qué más se nos ocurre. Hay que trabajar”, expresa el monje.

Guía Práctica

Cómo llegar
Aeroméxico vuela sin escalas entre la Ciudad de México y Montreal. Desde esta ciudad, se puede rentar un automóvil y tomar la Autopista 10.
También se puede contratar con alguna operadora turística, como Kava Tours, el recorrido de la Ruta del Vino de Eastern Townships.

Dónde dormir
Le St-Martin Bromont Hôtel et Suites ofrece cómodas y elegantes habitaciones en la villa de Bromont. El costo por noche en ocupación doble va desde los 150 dólares canadienses (mil 800 pesos).
Le Domaine Tomali-Maniatyn se caracteriza por su entorno campestre y sus bellas vistas de la villa de Sutton. El costo por noche en ocupación doble va desde los 150 dólares canadienses (mil 800 pesos).

Qué comer
Poutine. Es un plato típico de Quebec, consiste en una ración de papas fritas, queso y carne. En la zona de Eastern Townships se prepara con carne de pato.
Jugo de manzana. Varios restaurantes de la zona lo ofrecen recién hecho.

Toma nota
Hay una zona outlets en Bromont, conocida como Factoreries Tanger, que suele ser la favorita de los montrealeses por sus ofertas.

Más información
www.easterntownships.org
www.routedesvins.com/en/kava-tours
www.lestmartinbromont.com
www.maniatyn.com
www.factoreriestanger.com

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