Ciudadanos de Uriangato se mostraron descontentos por la falta de semáforos que hay en la avenida Leovino Zavala; comentan que en el entronque con la Juan Pablo II se necesita de manera urgente al menos una señalización.
Los inconformes mencionaron que se han tenido malentendidos y accidentes en la zona porque no se respeta el paso de uno y uno, por eso piden que el gobierno municipal realice medidas preventivas en el entronque.
Algunos conductores afirmaron que ésta es una de las avenidas más transitadas de la ciudad y representa un peligro para los que no respetan o no se fijan al atravesar el tramo, por lo que coinciden con vecinos en que hace falta un semáforo para evitar cualquier accidente.
“Es un relajo para andar cruzando la calle, los carros no se detienen porque los topes que según pusieron ya están al nivel de la calle y se pasan bien rápido, (…) no sólo hace falta un semáforo para los carros, también para las personas que cruzamos”, afirmó un vecino de la zona
Domiciliarios y comerciantes dicen que ya han ocurrido accidentes, principalmente de motocicletas, porque no existe un anuncio de bajar la velocidad o no respetan el tránsito que pasa por la Leovino Zavala.
La población espera que las autoridades tomen en cuenta el asunto y lo resuelvan pronto, pues se beneficiaría también a los transeúntes.
Sin atención en la ciclovía
Algunos habitantes se molestaron porque a la ciclovía que recorre todo el bulevar Uriangato no se le ha dado mantenimiento ni tampoco se recoge la basura que tira la gente en el lugar.
Los inconformes aseguraron que el pasto está crecido, el camino está lleno de baches y con tierra en algunos tramos, además los árboles invaden el camino y la falta de limpieza ha ocasionado que los ciudadanos ya no acudan a hacer ejercicio en sus bicis en la vía.
“La gente es la que tenemos la culpa porque se queda toda la basura que ellos mismos tiran y nadie la ha recogido, por eso ya casi no viene gente a pasear en su bici por aquí, sí está bien descuidado”, comentó Rocío Durán, inconforme.
Los vecinos aseguran que sólo 2 meses les duró el gusto a quienes acudían a correr o a hacer ciclismo, después de ese periodo la pista se fue deteriorando.