Existen ciertas prácticas que influyen de manera determinante en nuestra capacidad física.
Sin ir más lejos, lo que sí que está sobradamente demostrado es la relevancia de nuestra alimentación. Más allá de tener clara la importancia de conjugar una dieta sana con un ejercicio físico continuo y moderado, también se sabe lo que comemos, afecta a nuestro rendimiento.
Así lo explica por ejemplo, el apartado dedicado a Alimentación en el Deporte, de la Guía de Alimentación y Salud de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED): “La alimentación y el deporte deben recorrer juntos un largo camino para llegar al podio o simplemente para sentirse bien”, pero “no todos los deportes llevan asociado el mismo tipo de alimentación. Se deben hacer diferencias según una serie de características como tipo de acto deportivo, aeróbico o no, características del deportista, etc”.
De acuerdo con los expertos, esto es lo que debes evitar antes de ir al gimnasio o practicar alguna actividad fisica.
Elegir la vestimenta: No podemos elegir la ropa al azar. Muchas veces tendemos a usar lo primero que tenemos a mano para ir al gimnasio, pero hay que tener en cuenta que debemos buscar prendas que nos permitan hacer nuestros ejercicios de forma adecuada.
Siempre hay que calzar tenis y ropa de deporte, nunca vayas al gimnasio con chanclas, jeans y gorra.
Descuidar tu higiene: Aunque es obvio que vamos a sudar durante la sesión, en lo posible, es importante cuidar la higiene personal, porque estamos en un espacio público y que seguramente para algunos de nuestros ejercicios, necesitaremos de la ayuda de nuestros compañeros.
Por ello, la ducha, mejor dársela antes y después.
Tomar bebidas relajantes o refrescos: Lo que bebemos también afecta a nuestra energía. Las bebidas tipo manzanilla y bebidas relajantes pueden afectar al estado de ánimo.
Antes del entrenamiento es recomendable comer alimentos ricos en carbohidratos, ya que aportan energía necesaria para la actividad que se vaya a realizar, pero hay que evitar, por ejemplo, la ingesta de refrescos, por su alto contenido en azúcar.
Llevar el coche: Tenemos esa extraña manía, ir a hacer ejercicio, pero bajar en coche al gimnasio, no vaya a ser que quememos calorías de más.
Hay que dejar el coche en casa, así nos evitaremos el estrés de estacionar, además del gasto en gasolina, por el contrario, acercarte al gimnasio en bicicleta, corriendo o caminando aumentará tus pulsaciones y realizarás un calentamiento.
Ir con la hora justa: Ir al gimnasio debe ser un momento de relajación, de olvidar el estrés diario, y por ello, es aconsejable que no empecemos la sesión con una ansiedad añadida.
Entrar por la puerta de malhumor: Realizar un calentamiento no es sólo una actividad física, sino también mental. Se trata de preparar cuerpo y mente para la sesión, y por ello, nunca debemos hacer ejercicio de malas.
Si lo que queremos es liberarnos de todo, se recomienda una playlist con canciones positivas, para escucharla no sólo durante el ejercicio, sino también de camino a casa.
Practicar sexo: Pese a toda la controversia, no se recomienda practicar el coito antes de nuestra actividad física, porque podría restar energía.
Quizás, lo ideal sería practicar sexo después y es que hay quien dice que un ejercicio moderado aumenta el deseo sexual.
Nunca llegar con sed: Es importante mantenerse hidratado todo el día, pero sobretodo mientras realizas actividad física para evitar lesiones.
Lo ideal es no beber una gran cantidad de agua antes de salir de casa, sino llevarnos la botella de camino, para ir bebiendo a sorbos y poco a poco.