El robot espacial europeo Philae posado en la superficie de un cometa permanece silencioso desde hace diez días, indicó este lunes el Centro Aeroespacial Alemán. “El módulo de exploración puede haberse movido”, indicaron en un comunicado, agregando que “un cambio mínimo de su posición podría significar que sus antenas quedaron ahora obstruidas”.
Philae alcanzó el año pasado a transmitir fotos y datos desde la superficie del cuerpo celeste de unos 4 kilómetros de diámetro, antes de quedarse dormido sin energía.
Pero volvió a “despertar” en junio y desde entonces se intenta mantener el contacto con él a través de la sonda europea Rosetta, que acompaña al cometa a medida que se aproxima al Sol hasta alcanzar su punto más cercano o perihelio el 13 de agosto.
El último contacto con el robot se produjo el 9 de julio y desde entonces ha permanecido sumido en preocupante silencio. El centro espacial situado en Colonia, Alemania “ha trabajado duro para restablecer el contacto con el módulo y hacerlo realizar operaciones científicas”.
Sin embargo, los científicos temen que “Philae se haya movido y que sus antenas hayan quedado ocultas o que haya cambiado su orientación”, indicó el jefe del proyecto, Stephan Ulamec. “Tenemos algunas preocupaciones con relación a esto”.
El problema es que cualquier movimiento de Philae puede empeorar su situación. “Es como tener un automóvil que está estacionado. Pero no sabemos exactamente cómo está estacionado, no podemos verlo de cerca, pero tenemos que manejarlo”, explicó Braun.
“Podríamos reposicionar a Rosetta pero no podemos mover a Philae. Por el momento no lo movemos porque no queremos irritarlo. Tenemos que comprender la situación antes de cambiar lo que sea”.
El robot Philae pesa 100 kilos en la Tierra y apenas un gramo en el cometa, donde casi no existe la fuerza de la gravedad. Cuenta con 10 instrumentos de observación, entre ellos seis cámaras fotográficas, un tomógrafo y un espectrómetro. Su misión es buscar moléculas orgánicas que hayan podido desempeñar un papel en la aparición de la vida en la Tierra, aprovechando que los cometas son los cuerpos más antiguos del sistema solar.