Quejas, indignación y desconcierto se vivió en el primer día de la entrada en vigor del Sistema de prepago en el transporte público de Celaya.
Desde muy temprano, diversos usuarios del transporte público hicieron notar su molestia ante la implementación de la tarjeta de prepago.
Se quejaban de que la tarifa no solo se había incrementado un peso, sino que los lectores indicaban que el pasaje costaba incluso hasta 12 pesos.
En redes sociales las quejas porque los lectores de tarjetas en los micros de la empresa Atucsa no servían fueron contantes.
Incluso AM observó cómo un chofer no sabía o no quiso auxiliar a usuarios para que pudieran usar la tarjeta y estos terminaron pagándole los ocho pesos.
En internet ya también hay videos que evidencian que las máquinas para recargar las tarjetas no funcionan.
“Me quitaron 12 pesos de mi tarjeta y eso que soy estudiante”, mencionó Antonio Ayala al bajar de un camión Atucsa de la ruta Pinos justo en la parada del Mercado Hidalgo, donde varios usuarios coincidían en que les había ocurrido algo similar.
Fue uno de los problemas que surgieron en el primer día que se implementa el sistema de prepago del transporte público.
Los usuarios del transporte público, al subir a la unidad tienen que pegar su tarjeta de prepago al lector, el cual mediante una luz verde les indica su acceso, esto al tiempo de ver el saldo que le queda a dicha tarjeta y era ahí donde se daban cuenta de que tenían menos dinero.
Sin embargo, en un recorrido hecho por AM de varias rutas de transporte público de las empresas Atucsa, Verdes de Guanajuato, Saetas y USB, fue evidente identificar que eran muy pocos los usuarios que portaban su tarjeta de prepago, y por ende tenían que pagar ocho pesos de tarifa, esto a pesar del desconocimiento de gran parte de los usuarios.
Una constante ante tales hechos, era el de entregarle los seis pesos habituales, el chofer se limitaba a decir: “A partir de hoy son ocho pesos” al tiempo de señalar el aviso que hace oficial el aumento.
Dicha situación generaba confusión en los usuarios mientras intentaban buscar los dos pesos extras, ocasionando aglomeración en la entrada de los autobuses.
Con el transcurrir del día, el cobro excesivo en el pasaje se fue normalizando, sin embargo con el paso de las horas la molestia de que los lectores de tarjetas habían dejado de funcionar se volvió recurrente.
Gran parte de las denuncias ciudadanas indicaban que en los camiones de la empresa Atucsa, los lectores de tarjetas no funcionaban y los chóferes mantenían la tarifa de ocho pesos a pesar de esta anomalía.
Se enojan choferes
Pasado el mediodía, Mary abordó el camión de la ruta Pinos-Gobers, sacó su tarjeta preferente para pasarla frente al lector en varias ocasiones, con varias personas haciendo fila en la escalera del pesero, el chofer de la unidad se levantó de su asiento y con un pie en el acelerador arrebato la tarjeta de Doña Mary y repitió la técnica, al no tener éxito aceleró, quedando “colgadas” dos mujeres de la puerta del microbús.
Mary, sin cruzar palabra con el operador sacó ocho pesos de su monedero para evitar más aglomeraciones en la puerta.
Intentó como pudo llegar a un asiento vacío limitándose a decir “Esto no puede ser, es un robo”.
Reparten culpa
Ante las constantes denuncias, AM contactó a personal de la base de Atucsa, la cual funciona también como módulo de expedición de tarjetas para usuarios generales. Al mismo sitio llegaban de la misma manera varios usuarios molestos, los cuales recibían la respuesta de que este tipo de anomalías no eran culpa de la empresa transportista, sino de la empresa encargada en proveer el equipo técnico a las unidades.
Prometesolucióna quejas
El director de Movilidad, José Quintín Durán, admitió que una de las principales quejas de los usuarios del transporte público fue que los lectores descontaban más dinero a la tarjeta de prepago, a lo que dijo que habrá rembolsos a los usuarios afectados.
“Esto lo atendimos desde primera hora (de ayer) y quedó resuelto desde las 11 de la mañana, y ahora a todos los usuarios que les hayan descontado mal de la tarifa correspondiente, ya en el NRTEC tienen la instrucción de realizar las devoluciones”, aseguró, al tiempo de estimar que fueron aproximadamente 25 autobuses los autobuses afectados.
En el caso de los validadores que no aceptaban la tarjeta de prepago, Quintín Durán aclaró que los usuarios deben de pasar gratis, esto a pesar de que la empresa salga afectada.
Y aclaró que la principal causa a estos problemas, es que la empresa NRTEC nunca había juntado los servicios de transporte urbano y suburbano para la implementación del sistema de prepago.
“No quiero defender a nadie, pero el proyecto de Celaya de juntar los servicios urbanos y suburbanos es único, ninguna ciudad lo había hecho así, todas las ciudades lo han venido haciendo solo con el servicio urbano y como aquí es multitarifa, por eso se les presentaron el entrecruzamiento de configuraciones”, justificó.
Asimismo señaló que hasta ayer se habían expedido un aproximado de 41 mil, de las 50 mil tarjetas de prepago de forma gratuita, es por ello que hoy se abrirán los cuatro módulos de expedición de tarjetas ubicados en Plaza Magnolias (para usuarios generales y preferentes) y solo para generales en las bases de Atucsa y Saetas y de forma extraordinaria en la presidencia municipal.
‘Le voy a cobrar 8 pesos por niño’
“Sólo le digo que le voy a cobrar 8 pesos por cada niño, por si quiere subirse o no”, esto fue lo que le dijo el chofer del carro 37A ruta Pinos-Gobernadores a un hombre que le hizo la parada en la entrada de la colonia Los Olivos y quien iba con tres niños pequeños en dirección a Los Pinos.
“Pues ya que, de todos modos tengo que ir a donde voy”, le respondió el hombre, quien tuvo que pagar 32 pesos por no contar con la tarjeta de prepago.
Tan solo de ida a su destino, es decir, si sólo tomó dos camiones para ir y regresar, la salida con todos sus hijos le saldría en 64 pesos, mientras que si hubiera contado con la tarjeta prepago, habría gastado 30 pesos por usar dos camiones.
En el recorrido del tramo del punto mencionado hasta el parador de la Corona, se subieron 43 personas, de las cuales solo dos portaban su tarjeta de prepago, un estudiante y una soñora de la tercera edad, quienes tuvieron problemas con el aparato que registra los códigos de las credenciales, pues este no las detectaba tan fácil, hasta que el chofer les ayudó a pasarla.
Por otro lado, personas de la tercera edad que abordaban el mismo camión, eran informadas por el chofer que ya sus credenciales del INSEN no valían y tendrían que pagar los 8 pesos, a lo que tuvieron que acceder sin quejarse.