Cuando de defender los derechos humanos se trata, el piedadense Rigoberto Reyes Cano, quien además de ser abogado se ha desempeñado como activista, realiza las diligencias para atender los casos de violaciones de garantías que a diario se presentan en Michoacán.
Para abordar sobre su labor de divulgación de los derechos humanos concedió una entrevista exclusiva a Am Express La Piedad.
. ¿Dónde realizaste tus estudios y en qué te has especializado?
. Estudié Derecho en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y me he especializado en materia de Derechos Humanos, además estoy acreditado como capacitador en Administración Pública, pero también he tomado varios diplomados relacionados con grupos vulnerables, migración y seguridad pública.
. ¿Cómo nació tu inquietud por difundir y defender los derechos humanos?
. Desde pequeño me gustaba ayudar y abogar por aquellas personas que recibían un trato injusto y ahora sigo haciendo lo que me gusta, pero con conocimiento de causa.
. ¿Cuánto tiempo llevas colaborando para la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Michoacán (CEDH) y qué labores realizas?
. En la comisión soy investigador, llevo 4 años e inicié desde abajo, con base en mucho trabajo he ido avanzando y las actividades que realizo son: contacto con víctimas, capacitación en todo el interior del estado, desde lo más alejado de la Costa hasta la capital michoacana, además formo parte del programa de radio de la CEDH y de la revista Jurámukatecha donde se exponen diversos temas relacionados con los derechos y obligaciones de los ciudadanos.
. ¿Qué acciones has ejercido en la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Michoacán?
. Una tarea muy importante que me fue encomendada fue la promoción del Manifiesto por la Paz, que emitió la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde personajes importantes como el cardenal Alberto Suárez Inda y otros michoacanos plasmaron sus rúbricas.
. ¿Cuál es tu participación en Amnistía Internacional?
. En Amnistía Internacional coordino a los miembros de Michoacán y soy el enlace con la oficina nacional. Ahí me ha tocado acudir a manifestaciones en carácter de observador; otra de mis labores es atender conflictos en escuelas, Ceresos, administraciones públicas, grupos étnicos y campesinos.
. ¿Qué caso te ha marcado como persona y como divulgador de los derechos humanos?
. Con sinceridad no es una labor fácil, aun cuando es gratificante llegar a casa agotado y satisfecho de ayudar a alguien, la carga emocional de entrevistarte con madres que tienen hijos desaparecidos o con personas que han sido torturadas no es nada sencillo.
Uno nunca se acostumbra y creo que así debe ser, si no dejaríamos de ser sensibles frente a estos temas, el caso que más me marcó sin duda fue el albergue de “Mamá Rosa”, ubicado en Zamora, Michoacán; pues además de ser noticia nacional, fui comisionado para acudir de inmediato ante la problemática. Lo impactante fue ver a tantos y tantos niños en situación inhumana, recuerdo una de las habitaciones o celdas, porque no se le puede llamar de otra forma, ahí había como 20 niños acostados y alrededor de ellos excremento y orina por todos lados, fue lamentable presenciar esa escena.
. Con las vivencias que has tenido a lo largo de estos 4 años, ¿cuál ha sido tu aprendizaje como ser humano y como defensor de los derechos humanos?
. He aprendido primero a decir la verdad, porque hay mucha gente que sufre a diario injusticias y pobreza extrema a nuestro alrededor, he aprendido que la educación es un privilegio de quienes pueden pagarla, pero ante esta realidad también he aprendido a no cerrar los ojos, a indignarme, a manifestarme y sobre todo a inspirar a los demás a que hagan algo, si no es ahora ¿cuándo? Y si no somos nosotros ¿quiénes?
. ¿En lo personal cómo visualizas la situación de derechos humanos en Michoacán?
. Como activista creo que la situación en general es de miedo, los derechos humanos en el estado los han reducido a discursos paganos, pues no hay estadísticas, no hay agenda, no hay capacitación adecuada para los funcionarios, así que los derechos de los michoacanos no están claros.