Directivos del Club León que en 1965 promovieron la construcción del Estadio León aseguraron que éste se construyó gracias a la venta de palcos y plateas.
Dijeron que los más de ocho mil propietarios están dispuestos a hacer un frente de defensa.
El gobernador en ese año, Juan José Torres Landa, donó el terreno para el proyecto de un complejo deportivo al Club León; además dio 50 mil pesos para la promoción del deporte.
El acta protocolaria de la donación fue firmada por Manuel Ortega Barrueta, como presidente; Guillermo Liceaga Díaz Infante como secretario y Alfonso Sánchez López.
“Esa acta ya desapareció”, dijo Manuel Ortega.
“Se donó el terreno porque el Club León era una asociación civil y el Gobierno del Estado tenía la facultad de reclamar el terreno en el momento que fuera mal manejado”.
“No se podía cambiar el destino de una asociación civil porque no tenía fines de lucro, sino de promoción deportiva”, agregó.
Ya con la donación del terreno se comprometieron a hacer un proyecto para la construcción del estadio y de canchas para una escuela de futbol.
Como no había dinero Alfonso Sánchez López dio su firma como aval del proyecto, a fin de que la constructora jaliscience Arva llevara a cabo el inicio de la construcción del inmueble, que al final costó un millón de dólares.
“La noche que se puso la primera piedra (18 de marzo de 1965) salieron a la venta los palcos y plateas y en un sólo día se vendió el 40% de la totalidad de más de ocho mil plateas”.
“Cada platea tuvo un costo de siete mil pesos y los palcos se vendieron a 35 mil pesos. Hoy un palco se cotiza hasta en un millón de pesos”, informó Ortega.
El ex directivo del León recordó que cuando se dieron cuenta de que habían cambiado la asociación civil a sociedad anónima se solicitó la intervención del entonces gobernador Carlos Medina a través de una carta, dándole a conocer la irregularidad.
“No hizo caso Carlos Medina. Luego entró como gobernador Vicente Fox y él es el que autoriza el cambio, y que se hiciera la escrituración de los terrenos a diversas personas, quedando Roberto Zermeño como propietario del estadio”, dijo.
Luego el Municipio integró un un fideicomiso para amparar al recinto deportivo.
Este fideicomiso le permutó a Roberto Zermeño el estadio León por 10 mil metros de terreno, fue cuando devolvió el inmueble.
Luego esos 10 mil metros se los vendió a Carlos Ahumada y éste al propietario de una empresa llamadas “Piedras Preciosas” y ahora es un hotel, explicó Ortega.
Lo que se les ha olvidado, añadió, es que hay más de ocho mil dueños de palcos y plateas que son copropietarios del estadio y tienen derecho, de por vida, de asistir al estadio gratis a todo tipo de espectáculos.
Guillermo Liceaga Díaz Infante manifestó que luego de dos años de construcción, el 4 de febrero de 1967, se inauguró el estadio, con capacidad inicial de 24 mil espectadores.
Manifestó que como secretario firmó el acuerdo con el Gobierno del Estado para aceptar la donación del terreno y construir un estadio para promover el deporte en León.
Sin embargo, dijo, cuando asumió la presidencia del Club León Rolando Gómez Vargas hizo el cambio de asociación civil por sociedad anónima, lo que aprovechó Roberto Zermeño Vargas para adjudicarse la propiedad del inmueble.
Durante su paso por el Club León, Zermeño hizo modificaciones al estadio.
Aprovechó las escaleras para colocar más plateas y construyó más palcos “indebidamente, sin autorización del Municipio, y nunca reportó qué hizo con la venta de esos espacios.
“Zermeño es un ratero. Nunca ha comprobado con documentación histórica cómo dice que adquirió el estadio. No explica cómo lo compró. El estadio es de todos los que tenemos palcos y plateas y del pueblo que apoya al equipo”, señaló Liceaga.
El 2 de julio de 2014 Alfonso Sánchez López declaró a AM que el estadio León es propiedad de los leoneses.
El industrial del calzado reiteró que Juan José Torres Landa donó los terrenos para el estadio y que éste se construyó con la venta de palcos y plateas.
Destacó que en los años sesenta el equipo León tenía la denominación de Club Social y Deportivo León Asociación Civil.
“No sé de dónde saca Roberto Zermeño que el estadio es suyo. Es de la ciudad. Veo que el pueblo y los aficionados están dormidos”, dijo en esa ocasión.
“Nadie ha movido ya este asunto y los días pasan”, agregó.
Apuntó que el Club León siempre ha sido para los leoneses y que y durante años industriales y empresarios de la ciudad sostuvieron al equipo.
“Año con año don Pedro Pons y los directivos del Club salían a pedir dinero a la industria zapatera, curtidora y al comercio para poder sostener al equipo”.
“Pero vino una persona que lo convirtió en Sociedad Anónima (Rolando Gómez Vargas) y ahí se acabó el asunto”, dijo Sánchez.

Llevará amparo por lo menos seis meses más

José María Morelos Sandoval dijo que la resolución de la demanda de amparo que interpondrá el Municipio, tras perder en dos instancias el juicio por la propiedad del Estadio León, quedará sin errores.
Lo anterior, dijo, debido a que participarán tres magistrados en su análisis.
“Esa demanda, de acuerdo a la Ley de Amparo, se presenta ante la autoridad responsable que es el primer Tribunal Unitario”, explicó.
“En éste lo estudian tres magistrados y los tres lo hacen de la misma manera, así que hay menos posibilidad de un error judicial”, agregó.
Morelos fue contratado de manera externa por el Municipio, exclusivamente para enfrentar el juicio por la propiedad del inmueble contra Roberto Zermeño Reyes y Héctor González González.
De acuerdo al abogado, este proceso de la demanda de amparo se llevará aproximadamente seis meses.
“Es una demanda de amparo directo ante el Tribunal Unitario, él se encarga de darle trámite, emplazar a los terceros interesados y lo remite a la oficina de partes de los Tribunales Colegiados en materia civil de este mismo circuito, del décimo sexto.
“Pienso que un tiempo máximo que se va a llevar todo el trámite es un promedio de seis meses, es más o menos el tiempo promedio que se lleva en hacer todo hasta que se resuelva”, mencionó.
Al tiempo que negó haber participado en alguna negociación con los demandantes Roberto Zermeño Reyes y Héctor González González, Morelos rechazó negligencias de su parte en el proceso.
Argumentó que en el caso de juicios por contratos las resoluciones dependen en gran parte de la interpretación que le dé el juez a los documentos.
“Estos asuntos pueden ser favorables o adversos a cualquiera de las partes porque es un asunto de un contrato y siempre en los contratos la cuestión radica en la interpretación, conjuntamente con las demás pruebas”.
“Este resultado (favorable a Zermeño y González) pudo haber sido así para la otra parte, depende ahora sí que de la apreciación de los juzgadores y hasta este momento no nos ha sido favorable”, finalizó.

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