El Vaticano confirmó el viernes la única “audiencia” que el Papa tuvo cuando estaba en Washington se hizo con un antiguo alumno y su familia: el argentino Yayo Grassi, abiertamente gay, que visitó Francisco junto con su compañero de toda la vida y con algunos amigos.
La revelación cambió dramática la narrativa del encuentro que sostuvo el pontífice con Kim Davis, una funcionaria de un condado de Kentucky, y que fue a parar a la cárcel por negarse a emitir licencias de matrimonio a parejas homosexuales.
Un portavoz del Vaticano, el reverendo Thomas Rosica, confirmó que el estudiante era Grassi. Un video publicado online muestra a Grassi abrazando al Papa y luego presentándole a su pareja. También aparecen una mujer argentina y algunos amigos asiáticos.
El Vaticano marcó distancias el viernes entre el Papa Francisco y Kim Davis, una funcionaria que se ha visto en el centro del debate sobre el matrimonio homosexual en Estados Unidos, señalando que fue una de las docenas de personas a las que saludó el Papa en Estados Unidos y que el encuentro “no debe considerarse una forma de apoyo a su postura”.
Tras unos días de confusión, el Vaticano emitió un comunicado aclarando el encuentro del 24 de septiembre entre Francisco y Kim Davis, una funcionaria de Kentucky que fue a la cárcel por negarse a emitir licencias de matrimonio a parejas homosexuales.
El Papa se reunió con “varias docenas” de personas en la embajada vaticana antes de marcharse de Washington a Nueva York, explicó en un comunicado el reverendo Federico Lombardi, portavoz del Vaticano.
Estos encuentros son habituales en cualquier viaje Papal y se deben a la “amabilidad y accesibilidad” de Francisco, dijo Lombardi. El pontífice sólo celebró una “audiencia” en Washington, con antiguos estudiantes y sus familiares.
“El Papa no entró en detalles sobre la situación de la señora Davis y su reunión con ella no debe considerarse como una forma de apoyo a la postura de ella en todos sus aspectos complejos y particulares”, indicó Lombardi.
Davis, una cristiana apostólica funcionaria en el condado de Rowan, en Kentucky, pasó cinco días en la cárcel por desafiar una serie de órdenes de tribunales federales de que emitiera licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo.
Al final, un juez puso a Davis en libertad con la condición de que no interfiera cuando sus subordinados emitan las licencias. Cuando la funcionaria volvió al trabajo, confiscó las licencias de matrimonio y las sustituyó por otras nuevas en las que se decía que no se habían emitido bajo la autoridad de la funcionaria del condado, sino “a instancias de una orden judicial federal”.
La funcionaria dijo esta semana que ella y su esposo se habían reunido brevemente con el Papa en la nunciatura vaticana de Washington y que el pontífice la había instado a “mantenerse fuerte”.
“Saber que el Papa está alineado con lo que hacemos y está de acuerdo, en cierto modo lo valida todo”, dijo a ABC.
El comunicado del Vaticano dejó claro que el Papa no pretendía transmitir esa validación.
Las noticias sobre el encuentro fueron muy comentadas en la Iglesia estadounidense, provocando preguntas sobre si se había engañado al Papa para que se reuniera con Davis y sobre si el pontífice conocía los detalles del caso, que ha polarizado a Estados Unidos.
En un principio, el Vaticano sólo confirmó a regañadientes que se había producido un encuentro, sin dar más detalles.
Lombardi emitió el viernes un comunicado más extenso para “contribuir a una comprensión objetiva de lo que ocurrió”.
El portavoz declinó señalar quién invitó a Davis a la nunciatura o si el Papa conocía el caso de antemano. Estos encuentros los organiza el embajador vaticano y su personal, no la delegación del Papa ni la conferencia episcopal estadounidense.
El reverendo Thomas Rosica, asistente de Lombardi, dijo que no creía que el Papa conociera a Davis o las implicaciones del encuentro.
“No creo que sea tanto una cuestión de ser engañado como de estar completamente al tanto de la situación y sus complejidades”, indicó. “No creo que nadie intentara engañar al Papa de forma deliberada, y al mismo tiempo tampoco se informó adecuadamente al Papa sobre quién estaba en el encuentro. No se le informó adecuadamente sobre la persona o el impacto de una visita así”.
Desde el comienzo de su gira de seis días por Estados Unidos, Francisco instó a los estadounidenses a preservar la libertad religiosa, que describió como “una de las posesiones más preciadas de América”. Pero incluyó esta cuestión entre otros asuntos, como la inmigración, el cambio climático y la pena de muerte.
Francisco defiende con firmeza las enseñanzas de la Iglesia sobre que el matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer, pero no se centró en el debate sobre el matrimonio homosexual en su visita, y en un momento dado pidió a los obispos estadounidenses que evitaran retórica “dura y divisiva” pese a los desafíos que afrontan en la sociedad.
Al marcharse del país dijo a periodistas que le preguntaron que no conocía el caso de Davis con detalle, pero defendió la objeción de conciencia como un derecho humano.
“Es un derecho. Y si una persona no permite que otros sean objetores de conciencia, niega un derecho”, dijo Francisco.

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