Con 32 lujosas y confortables habitaciones esta propiedad se ha convertido en uno de los secretos mejor guardados de la Península de Yucatán.
El hotel cubre las necesidades del nuevo viajero que busca lugares acogedores con un estrecho contacto con la naturaleza manteniendo un nivel de confort aceptable.
En la reserva de la biósfera de Ría Celestún, en el estado de Yucatán, entre mangles y playas vírgenes existe un pequeño paraíso ecológico: el hotel Xixim. Con 32 lujosas y confortables habitaciones, esta propiedad se ha convertido en uno de los secretos mejor guardados de la península desde hace 17 años cuando su directora, la señora Verena Gerber, pensó en un proyecto autosustentable que brindara a sus huéspedes una experiencia única de interacción con la naturaleza lejos de las grandes urbes.
El hotel Xixim es la zona mejor conservada del litoral de la reserva. Sus habitaciones, todas suites, fueron inspiradas en una antigua aldea maya con altos techos de palma y pensadas estratégicamente para que al menos un 60% de los materiales utilizados en su construcción fueran reciclables. Al respecto Jaime Solís, gerente de Xixim asegura que el equilibrio entre la construcción y la naturaleza es total, ya que sólo se permite la construcción de un cuarto por cada 1.2 hectáreas, logrando preservar 530 hectáreas y cinco kilómetros de playa lineal.
Xixim, convive con el medio ambiente y naturaleza evitando, en lo posible, un impacto negativo. “Todas nuestras aguas se reciclan. Las aguas grises de las regaderas y lavabos fluyen a filtros biológicos con antracita y bacterias. El agua así filtrada se utiliza para regar nuestros jardines. Las aguas negras van a un Sistema Integral de Reciclaje de Desechos Orgánicos (SIRDO) donde se sedimentan y son utilizadas como inóculo para la composta”, comenta Solís.
La basura es otro ejemplo del excelente manejo de los residuos en Xixim. “Toda nuestra basura es concienzudamente separada en orgánica, reciclable y no reciclable”.
Jaime Solís asegura que la tendencia del viajero está cambiando y en la actualidad busca lugares pequeños y acogedores con un estrecho contacto con la naturaleza pero que mantengan un nivel de confort aceptable. “Sabemos que la tendencia apunta hacia lo orgánico, por ello tenemos una carta vegetariana en dónde algunos de los ingredientes son cosechados en nuestro propio huerto. Sembramos cilantro, epazote y chaya”.
Mención aparte merecen la fauna y flora que cohabitan con los huéspedes de Xixim. Dentro de la propiedad se pueden recorrer varios senderos interpretativos en donde se observan gran variedad de flores y aves endémicas.
El mar, tranquilo y poco profundo, es hogar de una abundante vida acuática. Destaca que de las ocho especies de tortugas que sobreviven en el planeta, siete se encuentran en México y cuatro anidan a lo largo de las costas de la Península de Yucatán. No hay que sorprenderse si en algún recorrido una tortuga llega a tierra para anidar en las playas del hotel.
Hospedarse en Xixim será una experiencia inolvidable, un momento para reconectarse con la naturaleza y disfrutar de toda la comodidad y el excelente servicio que ofrece la propiedad. 
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