El BabyPod funciona como un tampón, es un audífono en forma de nuez cubierto con materiales biocompatibles para que el cuerpo no los rechace. Se inserta por la vagina donde las ondas musicales simulan contracciones del útero y ayudan a que los espermatozoides lleguen a fecundar el óvulo.

El tampón (en forma de pera) lleva incorporado un altavoz que va conectado a un reproductor de música, del cual salen dos cables con un par de auriculares. De ese modo, la madre, a la vez que selecciona los temas que llegarán al feto directamente a través del tampón musical, puede escucharlos ella misma. El sistema incorpora una rueda que regula el volumen del sonido que recibe el feto desde dentro de la vagina. Lo aconsejable es que la exposición musical se limite a intervalos de 10 a 20 minutos, una o dos veces al día. Y con una intensidad media de sonido de 54 decibelios, el equivalente a una conversación en tono bajo o música ambiental.

“Los óvulos que reciben música mejoran su tasa de éxito en la fecundación en torno al 5%”, afirma la ginecóloga a ElMundo.es “Lo que hacen estas vibraciones es simular los movimientos del útero. Estos sirven para llevar los óvulos desde las trompas de Falopio al encuentro de los espermatozoides. Pero hay mujeres que no tienen esa facilidad. Por eso utilizamos las ondas musicales a distintas frecuencias”.

El BabyPod también se utiliza cuando la mujer está embarazada, como una terapia musical para el feto. Se recomiendan sesiones de 10 a 20 minutos, una o dos veces al día con un sonido de 54 decibeles, “el equivalente a una conversación en tono bajo o música ambiental”, según El Mundo.

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